domingo, julio 20, 2008

So sad...

Muchas veces me cuesta desnudar mis emociones, las oculto bajo un manto de dureza, frialdad, aunque por dentro mi fortaleza sea tan deleznable como un castillo de naipes en medio de una tempestad... Lo contradictorio es que siempre busco ser sincero en mis ideas y mensajes para otros pero no los puedo aplicar sobre mi mismo pecando entonces de falta de consecuencia. No sé mentir, a leguas se nota si trato de hacerlo; no sé callar, otro de mis talones de Aquiles... La mayor parte de veces, a pesar de mostrar una imagen seria, inexpugnable, que muchos coligan con seguridad, soy en realidad una persona tímida, taciturna, totalmente insegura, sin carácter, punto éste último que muchos me han hecho notar. Recuerdo a Juan diciéndome: "A ti lo que te falta es carácter, tienes que ser malo...", y la verdad es que no me nace ser malo, prepotente, dominante. No sé ser un lider me gusta ser parte de algo aportando y no dirigiendo, el poder corrompe y te hace perder la perspectiva de las cosas. En el trabajo que desempeño he aprendido a tomar decisiones rápidas,asumiendo responsabilidades y sin quererlo estoy haciendo las labores de lider... Suena contradictorio lo sé...

Desde hace poco siento algo especial por una persona en la que no puedo dejar de pensar a pesar de haberme propuesto no hacerlo... Es muy linda, suele ser muy aguda en sus opiniones, desenvuelta y tiene un sentido del humor a flor de piel, en resumen mi contraparte ideal. Sin embargo, el destino, como si este existiese, parece estar trazado para que nada entre ella y yo pueda darse. Cuando principiaba a conocerla siento que ya la perdido... Ayer me preguntó: "Javier, ¿estás molesta conmigo?" y siempre sincero le dije: "SI"...

No sé, pero a veces me gustaría ser hipócrita para obtenerlo todo, ser cruel inconsciente, sin escrúpulos... Lo siento, no quise decir lo que dije, por lo menos no de la forma que lo dije... Me siento remal, con los ánimos por los suelos, sin ganas de nada, con deseos de no sentir, de echarme a la cama y que al levantarme todo no haya sido más que un mal sueño...

So sad...

jueves, julio 17, 2008

"Si bebes no manejes..."

El Sábado quería pasarlo tranqui pero recibí el llamado de una amiga del trabajo informándome de una pequeña reúna y pregúntadome sobre la posibilidad de asistir a ella. Estaba por las calles de San Juan a punto de llamar a una muy apreciada amiga pero la llamada recibida me cortó la intención en primera y en definitiva instancia, no hay duda de que a mi fuerza de voluntad le hacen falta vitaminas... Punto de concentración: la Ruta B, lugar: una pollería que hace las veces de cantina, centro de reunión cada fin de semana o cualquier otro día mientras motivo exista para brindar con unas rubias heladas y no me refiero a "Las Positivas", unas chicas muy populares e infaltables a este point o a cualquier otro... Algunas veces aluciné estar sumergido, semi-ahogado, extasiado en un mar del color de ojos de Clara o apoyando mi cabeza sobre el hombro de la dulce, aunque contradictoria, Nidia... Recuerdo que en mi cumple me hiceron beber vasos llenos de cerveza, que la verdad pensé y con fundado temor que, pues no bebo, iba a acabar hundido en aserrín y humedecido por obra y gracia de algún canino despistado. Tuve que lavar mi rostro docenas de veces para no perder tanto el equilibrio como el juicio y evitarme un papelón de padre y señor mío. Además bailé, o por lo menos lo intenté, con estas simpáticas chiquillas a ritmo de perreo, una experiencia única que espero no repetir, aunque debo agradecer a Clarita la paciencia por las clases de baile sobre la marcha. ¡Vaya que me hizo sudar la gota gorda la gringa! y no porque fuera una danza frenética sino una muy sensual y como yo no soy de palo (¿o si?) estuve a punto de caer bajo la seducción de mi viváz imaginación. La cosa no pasó a mayores pero trascendió el terreno de lo real y se habló de que hubo un casi-beso que la verdad no recuerdo (no creo haber bebido tanto...) y otras cosas peores (que menos recuerdo...).

Sin digresiones y volviendo a la llamada recibida, acudí a la B en un taxi y sólo pude ver a Pierre y a Mery en el paradero. Pregunté por los demás y me dijeron que eran los únicos y que lo hablado por teléfono de que había más gente esperando era ñangué... Estuvimos esperando a que cayeran más incautos, je je je y al final formamos un grupo de cinco como los dedos de la mano. Una pequeña comida para llenar la vacía barriga y luego unas chelas al polo. Sin embargo, las chicas no bebían y ya se querían ir pues no había pedido permiso en casa. La reunión acabó más rápido de lo que empezó, creo que la espera fue más larga. Acompañé a Mery al paradero y luego a Gianna a tomar su moto. Cuando estábamos en el paradero con Walt, luego de que Mery abordara su vehículo descendieron de una moto dos chicas conocidas y nos acercamos a confraternizar. Una de ella era una gordita muy simpática y la otra... Parecía que estaba en trance. Estaba muy bebida la chica, casi inconsciente. Apenas lograba mantenerse en pie con la ayuda de su amiga. Me dijeron que se iban a para Villa María y esperaban que pasara por allí la 23, pero por la hora era imposible que ese ocurriese asi es como caballero tuve que invitarlas a compartir el taxi que me llevaría a casa.

Detuve un taxi y por un módico precio se comprometió a pasar por el Hospital María Auxiliadora, paradero de paso de las chicas con dirección a Villa María. La chica parecía descompuesta, una cabeza de pollo total. Lo gracioso o lo tragicómico es que se puso a arrojar en el taxi y el chofer a punto de enfadarse. Su amiga que coge el taper de la comida y se lo pone al frente, ¡qué asco! jamás comeré en un taper sin olvidar aquel bochornoso espectáculo. Logré mantener en raya al taxista. La pobre chica se había manchado todo el polar y su amiga inisitía en que se lo volteara para ocultar el desastre. El olor a yogur pasado era obvio y el ambiente se hacía más denso e irrespirable. Sólo faltaba que le diera cachetadas a la borrachita para que reaccionara. Yo me mostraba sereno y le hacía el habla al chofer para distraerlo de lo hecho en el asiento posterior. Las chicas se bajaron en el Hospital y le recomendé que la acompañara a su casa pues no estaba en condiciones de ir a ninguna parte. El taxi enrumbó hacia el Metro de San Juan, bajé allí y decidí caminar a casa. La noche estaba caliente y caminando, como para estirar las piernas, llegué a casa... Sólo espero que las chicas hayan llegado sin ningún contratiempo a sus casas.