Un semana harto complicada y no es se hayan presentado demasiados problemas en el laburo sino es por la impresionante carga de trabajo... Si sólo hablo de trabajo es porque no tengo tiempo para otra cosa más...
Mi jornada laboral empieza antes de las siete de la mañana:
4.50 a.m. : Con toda la modorra a cuestas, y después de escuchar la prolongada alarma de mi celular, con un ritmo de moda (y no es porque me guste sino porque es insoportable para mis oídos y si o si tengo que apagarlo...) me levanto o prolongo, la más de veces, mi presencia en mi camita caliente hasta las 5:00. Total, la alarma, una vez más malogró mi sueño en el que me encontraba con la chica de los ojos verdes y su inseparable amiguita y no conversando del clima precisamente... Para otra vez será... Ya resignado, a enfrentarme a un día más de chamba, me levanto. Lo primero que veo tras encender la luz es el desorden, ruinas diría yo con mayor precisión, en el que se encuentra mi habitación (¡Upsss! Nota mental: La arreglaré el Domingo). La verdad es que de por si es todo un trabajo despertarse en esta fría temporada
5:10 a.m.: Me levanto del trono y tomo un duchazo caliente, me siento como un pollito feliz dentro de su cápsula ovoide... En la cocina escucho a mi mami preparándome la la lonchera (je je je, como cuando iba al kinder, adoro a mi viejita aunque no le diga seguido) y a mi papá preguntando: ¿quién está en el baño? (te gané la partida, je je je, no insistas que vas a tener que esperar un ratico).
5:25 a.m.: Subo a mi habitación a terminar de cambiarme. El nuevo uniforme invernal es todo oscuro, a excepción de la polera que es gris y con el cuello rojo. Un pantalón negro como la noche más oscura y bolsillos laterales, me siento como un vaquero en el viejo oeste listo para jalar el gatillo de mi cuchilla... Las botas pesadas, con las puntas de metal y que por más talco que eche en la oscura cavidad siempre mis medias van a terminar manchadas por él. No quiero ir al laburo pero yo mismo me convenzo, en un tira y afloje mental, en que si debo hacerlo, las personas confían en mi y no debo defraudar a esa confianza en mi depositada. No es que me siento indispensable o que me haya endiosado, esa clase de comportamientos, impropios, no van conmigo, sigo siendo la misma persona tímida y sencilla de siempre pero con más presión a cuestas...
5:40 a.m.: Reviso mi correo o veo alguna página de interés en la Web (siempre webeo un poquito por las mañanas, aunque algunos piensan que lo hago todo el día en la chamba, je je je. Me lo dicen con muy buena onda porque saben que mi trabajo es delicadísimo, esclavizante y celoso como enamorada insegura...).
5:50 a.m.: Sólo diez minutitos para tomar el desayuno y salir.
6:10 a.m.: Con la mochila a cuestas y sobre el uniforme una casaca para combatir la humedad matutina espero el bus que como siempre se demora en llegar. En el trayecto, sube la morenita de los lindos ojos y dueña de una impresionante figura que me saca del amodorramiento recientemente adquirido.
6:50 a.m.: Paradero final y abordo una mototaxi que pasa por uno basurales que despiden unos fétidos olores que me provocan arcadas.
Y empieza el día...
... Primer problema, segundo problema, tercer problema, problema sobre el primer problema y problema-problema sobre el segudo y tercer problema... Je je je, siempre es asi y a todo hay que darle solución inmediata. Un proveedor se queja sobre la demora en la revisión de la mercadería, se le explica que su mercadería tiene problemas pero parece no entenderle. Siempre soy diplomático pero han habido un par de veces en que tuve que reaccionar con más énfasis para al final demostrar que era un error de ellos.
Han habido algunos cambios en el trabajo, y cómo no si se fueron más de la mita de mi área de vacaciones. Los dos primeros días estuvo refuerte el trabajo pero al tercer día las cosas mejoraron el largo. Pierre se encarga de controlar la revisión de la mercadería y los resultados han sido estupendos. Se termina con mayor celeridad y los problemas se resuelven con mucha celeridad que antes, hay mucho más dinamismo a pesar que nos han cargado más el trabajo y nos exigen que cumplamos con los procedimientos, ¡al cuerno los procedimientos!, le sacamos la vuelta y media para cumplir, resultados mandan... Eso si, "La gran sangre" y yo salimos a comer a las tres y media o cuatro de la tarde con la tranquilidad de haber dominado al monstruo (la carga laboral) una vez más...
"El Conde" ya no me mira como antes. Antes, me decía "Javiercito, esto o aquello...", ahora ni se acerca a mi porque sabe que no le voy a hacer caso, total estoy ahasta el cuello con el trabajo y no voy a distraerme un instante para escuchar sus alucinaciones numéricas y fórmulas que complican en lugar de alivianar la chamba. Ya no me cuenta lo que hace de mal mis compañeros, me cansé de oir sus quejas y puñaladas sobre mis compañeros y le dije en su cara: "Oye Juancito, disculpa que te diga lo que te voy a decir pero no me parece que yo o ellos (habían dos personas más conmigo), se enteren de qué pie cojean tal o cual persona, porque mejor no te acercas a ellos y les dices sabes que no me estés hueveando...". "El Conde", se puso rojo como un tomate, pensé que iba a quedarme callado o ser condescediente pero no. Ya me cansé oirle decir: "Ya Javiercito, no piense en ellos, piensa en las utilidades que vienen...", me llegan al cuerno las utilidades, no soy un mercenario y menos voy a cuidar mi puesto de trabajo pisando la cabeza de otros o hablando mal de ellos. No me banco esa clase de comportamientos.
"El Conde", es como el bombero que en lugar de echar agua al fuego le echa gasolina y después dice: "¡Uy, está que arde Roma, sálvese quien pueda!" (incosecuente Nerón). Bric, estaba molesto con él y estuvo a punto de decirle la vela verde y renunciar. Cómo se puede decir que "huevea" alguien que sale a almorzar a las cinco de la tarde. "El Conde" alucina, dramatiza, exagera y afirma cosas que otros ni piensa, no sé si me dijo entender, en caso que no lo dejo como tarea la próxima... Para variar ahora estoy en mala situación con una amiguita muy querida... Bueno, nadie es profecta en su propia tierra, prefiero pasar un Domingo tranquilo olvidándome del laburo aunque sea sólo por escasas 24 horas para volver a la realidad (con calabazas y ratones)... Buen Domingo...
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