domingo, diciembre 31, 2006

"Un mejor año nuevo..."


Cuando tenía 16 años creía ser el amo del Mundo, como Leonardo di Caprio en la proa del Titanic (obviamente antes del fatal desenlace) sintiendo una fresca brisa acariciando mi mejillas y cabellos ... Era uno de los primeros alumnos de la clase, siempre serio, y confiando, a pies juntillas, en aquel dicurso de entrada de los lunes por la mañana dicho por el menudo director del centro educativo. Con el pelo entrecano, la nariz pequeña y respingada, los ojos saltones como los de un gnomo travieso, el director, con emotiva y aterciopelada voz hablaba, ademanes estudiados y pausas adrede de orador ducho para captar el interés, a un público netamente juvenil (las secciones de tercero a quinto): "Uds. son el futuro... Ad portas del año 2000..." y otras frases pre-hechas que resultaban motivadoras para quien estuviera atento al mensaje.

Creo que a partir de ese momento empecé a pensar seriamente en el futuro y el porvenir, al principio tenía muchos sueños, tenía a flor de piel el romanticismo de Lennon como en su canción "Imagine" y otras cosas que con el transcurrir de los años he ido perdiendo... Pensaba que llegado el año 2000 muchos cambios se iban a dar, imaginaba una ciudad futurista y ordenada pero creo que me equivoqué. El paso de los años, las experiencias de vida me fueron demostrando que Lima era realmente la ciudad del "monstruo de las siete cabezas"que mencionaba en su cuento Enrique Congrains, una ciudad que no se detiene nunca y al menor descuido uno puede perder hasta la cabeza... Impera la filosofía del más "vivo", nadie quiere hacer el papel de tonto así es que se esfuerzan por aprovecharse de los demás de maneras sutiles u otras veces de manera grosera.

Yo conservaba, a los 16, la inocencia de una persona que no se había enfrentado al Mundo. Recuerdo que cuando ingresé a la Universidad fue mi madre la que me acompañó a la cuatricentenaria, la mayoría de chicos estaban allí sólos y yo al costado de mi madre, aunque para tranquilidad mía no era el único. En la fiesta de cachimbos se vio la diferencia, yo estaba totalmente apocado en un rincón con algunos amigos mientras que el resto daba rienda suelta a su alegría. Creo que muchas represiones manejaban mi conducta y desempeño. Venía de un hogar donde las cosas eran en blanco y negro, o bien una cosa era buena o bien era mala... La cantidad de cosas malas, a saber, superaba a las buenas y parametraba cualquier acto mío. Creo que por mucho tiempo fueron las represiones las que manejaron mi vida hasta que el paso de los años, la propia vida, me llevó a experimentar muchas cosas. De hecho me enfrenté a un mundo frío y sólo la amistad, las buenísimas personas que he tenido la suerte de conocer, me ayudaron a soportar. Definitivamente, este mundo no es para románticos. Me cansé de arrepentirme de las cosas que no había hecho... Juanita, una amiga de la Universidad, en las largas charlas "psicoanalíticas" que solíamos sostener me dijo una vez: "Tú jamás te equivocas o pierdes porque jamás arriesgas..." pero yo me mostraba soberbio en mi burbuja tratando de rebatir todas y cada una de sus opiniones hayando siempre la excusa perfecta para mantener mi estilo de vida en la periferia. Extraño a Juanita y a sus frases agudas, hirientes, pero tan ciertas... Lo último que supe de ella es que se casó con un gringo y que ahora vive en La Florida.

Recuerdo la fiesta de año nuevo en la casa de Charito a la que fui con mi hermana Paty, que ahora está en Argentina, y que tuve que abandonar a la media hora cuando recién empezaba pues mi hermanita puso una cara terrible diciéndome que estaba aburrida la reunión y que los chicos le parecían viejos y aburridos, también... Esa noche Charito estuvo realmente linda, sensual y encantadora, moviéndose al compás de la música...

Creo que mi paso por la Universidad no dejó huellas a nivel académico pero si a nivel amical. Ramiro, después de nuestros partiditos de los sábados por la tarde, me dijo seriamente que pensara qué hacer con mi vida pues veía que no tenía un destino claro por mis constantes inasistenicas y pésimas notas. Lo escuché ciertamente pero no le hice del todo caso. En lo sucesivo prefería cambiar de tema y mantener mi autodestructivo sentido de vida.

Año 2006, hoy, me arrepiento de muchas cosas que deje de hacer por dejadez o estulticia, y a veces siento que toda una vida entera no me alcanzaría para llenar tantos vacíos. Hoy, vivo el presente, vivo el día como si fuera el último, trato de dar mi mejor esfuerzo pero siento que puedo dar más, que tengo que alcanzar más cosas para aplacar mi sed de reinvindicación, no con los demás sino conmigo mismo.

En mi vida he conocido a muchas personas que han hecho más llevadera mi vida y recogiendo una frase que publicó Marilya en su blog dire que: ""Nada en mí es original. Soy el esfuerzo combinado de todas las personas a las que he conocido". Quiero desear a todas las personas que he conocido a lo largo de toda mi vida un mejor año nuevo y arrepiéntanse por las cosas que hicieron... ;)

viernes, diciembre 29, 2006

"No es más que un hasta luego..."

Hubiese deseado que sólo fuera una broma por el día de los inocentes pero, fue ayer, lejos de serlo fue una dura realidad que nos golpeó de manera inmisericorde e inesperada, una dura realidad que no reconoce amigos ni vive de recuerdos... A cuatro chicos que llevaban en la empresa un buen tiempo les fue informado (a excepción de Roy y Mandujano que no vinieron hoy) que ya no se les renovaría contrato para el próximo año, una forma muy sútil de decirles que ya no los querían más dentro de la empresa. Se esgrimieron razones valederas para tal decisión: errores que opacaron muchos esfuerzos desplegados hasta hoy. Por ejemplo Tito, a pesar de que no lucía era el que mayor trabajo efectivo realizaba, muchas veces en desmedro de su gruesa figura lo vi bajando enormes y pesadas cajas y acomodarlas rápidamente en una parihuela, pero un par gruesos errores terminaron por colocarle la cruz para llegado el momento enviarlo a casa. Lo voy a extrañar, me llamaba la atención su agilidad mental y su agudo sentido del humor, jamás se dejaba pisar el poncho por nadie y creo que eso también pesó en la decisión final. Hoy en la mañana le estuve haciendo muchas preguntas y me las respondió gustosamente, es más hasta me dijo que si tenía algo más que preguntar, es raro encontrar en este lugar persona más asequible y bonachona... Roy, siempre activo, era un tipo al que le resultaba imposible estar quieto y callado, y fue su propia hiperactividad la que le jugó una mala pasada. En la mañana se divertía alucinando un harém lleno de chicas vestidas como agentes de seguridad... Aldito, callado, aparentemente, pero peligroso cada vez que hablaba; belicoso, jodido, en fin un pata que me recomendó no tener amigos en el almacén, es más me dijo alguna vez que por sobrevivir a una situación sería capáz de "lanzarme" (acusarme, delatarme) a mí... Mandujano, siempre risueño pero ya estaba en la mira por un par de errores tontos e insalvables. Se vienen muchos cambios, sólo espero que estos cambios no afecten el trabajo de la zona aunque eso es lo último en que pienso en este momento...

jueves, diciembre 28, 2006

"Cruel Día de los Inocentes"


Se comunica que por reducción de personal las siguientes personas han sido cesadas:

- Crispín Insapillo
- Elvis Huarcayo
- Paquito Pastarollo
- Doug Rivadeneyra

Asimismo se recuerda que deberá solicitarse a dicho personal la entrega del fotocheck y la tarjeta de marcación.

Atte.

Claudio Bresani



No recuerdo el contenido exacto del mail pero más o menos se refería a lo mismo... Acabada la jornada de trabajo convocaron a una reunión urgente y con gesto adusto, algo frío, Parko comunicó a todos el tenor de aquel infame mail. Parko y Robert cumplieron a cabalidad el papel de insensibles verdugos, hasta Abelito, uno de los más antiguos y cuasi serios de la zona, se presentó en el momento preciso para poner su cuota de crueldad con algunas gotitas de sadismo... Los chicos que formaban parte de la lista se quedaron fríos, petrificados, incrédulos... Elvis, siempre resignado a las peores noticias, dejó escapar un resplandor de sus ojos. Doug, siempre jactancioso, aceptó con inocultable resignación la decisión tomada. Crispín, serio, sin esa sonrisa burlona con la que me estuvo atormentando toda la mañana se mostraba callado y rígido como un poste al lado del escritorio. Paquito, siempre indómito, se mostraba reacio a aceptarlo. De uno a uno iban entregando el fotocheck y la tarjeta de marcación... Me sentí afectado por la decisión y la forma como los encargados de comunicarla lo habían hecho. Los chicos mencionados se mostraban sin reacción. "Huarcayita" parecía a punto de llorar y yo no pude permanecer un instante más en aquel enrarecido ambiente y opté por retirarme de allí sin mirar atrás. No pasaron ni tres minutos cuando estruendosas carcajadas estallaron de pronto y caí en cuenta de que todos habíamos sido víctimas de una broma por el día de las inocentes. Los "afectados" aún no recuperaban el aliento y más cuando todos hacían mofa de ellos...

El día de los inocentes tuvo un origen trágico, todos recuerdan la matanza ordenada por Herodes de los niños menores de dos años con el fin de hallar y darle un cruel destino al mesías... Son muchas las sociedades que han "institucionalizado" y distorsionado este hecho histórico hasta darle una connotación distinta. E incluso medios informativos "serios" se prestan para soltar una "noticia sorprendente" como de sorprendente tuvo aquel apócrifo mail que rodó de mano en mano, como si quemara y como si hubiese sido firmado por el mismo diablo... Al final, "todos (!Sí como nó!), sí, todos, se habían dado cuenta desde un principio" de la broma y no quería asumir el papel de idiotas que había desempeñado con una excelente performance, y me enteré de algunos otros detalles como que mi nombre iba a ser añadido en la lista pero que al parecer pesó más la amistad o el temor a que despotricara de ellos en éstas líneas... Je je je


lunes, diciembre 25, 2006

"¡Feliz Navidad!"

No fue la mejor Navidad de todas las que me ha tocado vivir pero no puedo negar que aquel manto de ilusión que se cierne, por estas fechas, sobre los más pequeños se mantiene intacto. Los adultos podemos quejarnos de muchas cosas, de tener "x" cantidad de problemas pero no debemos involucrar en ellos a los más pequeños... El sentido de la Navidad no se encuentra en los regalos pero explíquenle eso a un niño que los espera tanto como si se tratase de su propio cumpleaños. Hace más de dos mil años nació un niño en las condiciones más humildes que puedan imaginarse y sin embargo, hoy, su mensaje de amor y enseñanzas morales es recogido por millones de personas de las sociedades más disímiles aunque adecuándolos a su propia idiosincracia y, ¿por qué no?, conveniencia... Por más cristianos que nos consideremos y por más golpes de pecho que solamos darnos en una iglesia no somos consecuentes con el mensaje cristiano, no somos cristianos en el sentido estricto de la palabra pues persisten comportamientos egoístas e hipócritas que se condicen con la conducta de un "verdadero cristiano": Hacemos el mal sin mirar a quien... Pero no es el caso recordar ahora comportamientos ingratos sino destacar los buenos ejemplos y las mejores acciones. Un gran saludo por estas fiestas a todas las personas en cuyos corazones el sentido de la Navidad vive todo el año... Cuando pienso en la Navidad me vienen a la mente sonrisas infantiles y ojitos ilusionados cada vez que un regalo es abierto...










Vero, Kari, Vale, mis tres hermosas sobrinas, son mi mejor regalo de Navidad... ¡Feliz Navidad lindas!

(La canción favorita de Vero: "Do-re-mi", The sound of music, 1965)

viernes, diciembre 22, 2006

"Un día de furia..."

Es una constante que en mi zona de trabajo la dinámica sea ardua y vertiginosa, la idea es que toda la mercadería esté en la puerta de salida, lista para ir a las sucursales de una importante tienda de departamentos, antes de la una de la tarde. En los últimos días el volumen de mercadería ha descendido notoriamente como también la cantidad de operarios destinados al control de calidad por lo que el esfuerzo que tenemos que desplegar es el mismo de siempre. Después de las doce del día, generalmente, termino agotado pues soy el encargado del traslado de mercadería a un grupo humano que me recuerda más a una jauría salvaje e insaciable... Y también tengo que soportar las impertinencias de algunos y como no suelo ser, casi siempre, el rey de la paciencia suelo estallar con facilidad. En más de una ocasión he querido mandar a la mierda a Walt y a sus sugerencias trasnochadas y acomodaticias pero esta tarde estallé como un pichín pues Lorenzo, un antiguo trabajador, grosero hasta el tuétano y que siempre intenta hacerse notar a través de sus burlas hacia los demás me puso un sobrenombre que no fue de mi agrado en lo más absoluto. Contraviniendo mi habitual naturaleza le menté la madre y lo mandé a la mierda, en ese orden. La adrenalina producida por la chamba hizo que soltara todo aquella retahíla de lisuras como una forma de catarsis... Yo soporto las bromas de mis compañeros pero no de aquella persona a la que no le he dado muestra alguna de amistad porque no parece una persona confiable y representa, para mí, el prototipo de la hipocresía en su más pura esencia. Lo mandé a la mierda y no arrepentí, aunque después Fabián, con su siempre resabida calma me dijo que no debería hacer caso a los comentarios mal intencionados pues él también ha sido víctima de los mismos y que es mejor no prestarles atención. Sin embargo, luego que estallé una gran calma me invadió y hasta puedo asegurar que me sentí más relajado que nunca y con una incontenible energía capaz de mover al almacén con sólo la fuerza de uno de mis flácidos brazos...

En la tarde nos mandaron de apoyo a otra zona, las repentinas caídas del sistema nos dio espacio para conversar y relajarnos con el siempre carismático y ocurrente Tito, los chispazos de Parko, la inocencia casi infantil de Gunther y el desenfado de Robert. El trabajo fue rápido y fácil, las pausas largas y divertidas. Eso sí terminé el día "Exhausto"...

jueves, diciembre 21, 2006

"Betortiz"

Su paso cadencioso, mirada fluctuante entre pensativa, indiferente y curiosa, y con un parecido más que grosero, irreverente, profano, como dos gotas de agua en lluvia de invierno con Beto Ortiz hacen que el morbo y la abusiva crueldad de las masas se concentren en su persona. La primera vez que lo ví estaba empujando cajas desde la parte más alta del sorter para cada una de las sucursales. Lucía serio, sereno, curioso... Los chicos de mi zona que no dejan pasar una, notaron, rápidamente, su extraordinario parecido con Beto Ortiz y apenas sentían su presencia le lanzaban miradas lascivas, perversas, comentarios susurrados, y un ensordecedor silbido con la tonadilla de la canción de apertura de aquel programete de hace unos años atrás dirigido por el periodista, escritor y columnista Beto Ortiz que cubría de norte a sur, de este a oeste, el espacio aéreo del almacén. Muchas sonrisas en derredor y "Betortiz" un tanto turbado, indagando con la mirada de dónde pudo haber salido emergido aquel fuerte silbido retomaba de a pocos su postura inicial sin mostrar molestia ni incomodidad. Parecía callado, reservado. Estuvo muy poco tiempo en esa zona y fue cambiado. Sin embargo, es cosa de todos los días verlo desfilar tirando de un par de carrozetas repletas de ropa llevándolas a su antigua zona de trabajo. Robert, Paquito o Rovegno, azuzados por Parko o Tito, son los encargados de darle la bienvenida con aquella tonadilla pegajosa, hilarante, en la voz de Yma Sumac (cuyo video y música, gracias a Youtube, incluyo al final de este post), y que es celebrado por muchos. Me resulta imposible no sonreir y notar como "Betortiz" conserva la compostura.

De a pocos, "Betortiz", se ha ido "soltando la trenza"... Un hecho anecdótico demostró con certeza que su gusto sexual se orienta hacia el género masculino... Gunther y Parko, a la hora de salida, se encontraban tomando una ducha fresca después de una agotadora jornada de trabajo y no se percataron que estaban siendo observados, muy atentamente por "Betortiz". Su mirada curiosa enmarcada bajo unas gafas de grueso armazón negro no podían ocultar su excesivo interés por la desnudez masculina y en especial por Parko que, según parece, ha sido favorecido por la naturaleza y por Dios de una bien proporcionada, o desproporcionada, "herramienta" para exclusivo uso femenino, o tal vez no tan exclusivo... Parko es joven y los caminos de Dios, misteriosos... "Betortiz", puesto al descubierto no hizo más que sonreir con gesto afeminado y Parko no tuvo mejor idea que mostrar, con deleite y forzadamente, su naturaleza al desnudo.

"Betortiz", ahora, al recibir los silbidos y las mofas no hace más que sonreir y mostrarse tal es : deshinibido y con ganas de ser como es, sin más ni más... Hasta he notado a Tito buscarle la mirada... Dios perdona el pecado más no el escándalo ¡éh!...

martes, diciembre 19, 2006

"Navidad en la arena..."

El Domingo entero lo pasé en casa de mi hermana, la cual se encuentra ubicada en el distrito de Villa el Salvador, una zona populosa que emerge, como un oasis, del arenal con una fama dispar... Creo que tanto en verano como en invierno suelo padecer al caminar por sus calles, no hay veredas ni pistas en muchas zonas o si las hay éstas se muestran abruptamente truncas; sólo las avenidas principales cuentan con asfaltado. En invierno los vientos helados mezclados con la brisa marina me calan hasta los huesos generándome, a su vez, frecuentes y exasperantes carrasperas, y en verano el calor incesante que se concentra en la arena hace de la más corta caminata la más cruenta e insufrible Vía Crucis...


Apenas llegué y vi a mi hermana lidiando con sus pequeñas hijas para enviarlas, a ellas solas, a la chocolatada de la menor. No podía permitir que salieran solas por más que mi hermana dijera que Vero ya tiene diez años, una edad prudente para hacerse responsable de la pequeña Karina de 6. Igual insistí y terminé por llevarlas yo mismo al colegio, lugar donde se llevaría a cabo la chocolatada. Sin embargo, al llegar al portón principal del colegio, nos encontramos con una larga cola y mucho desorden por lo que decidí, contando con la aprobación de las niñas, y para no desilusionar a la pequeña Karina, que esperaba un regalo junto con la chocolatada, llevarlas al mercado para comprarles, de manera adelantada, los juguetes que ellas quisieran, obviamente ajustándome al presupuesto de mi nada holgada economía. Abordamos una mototaxi que nos llevó hasta el mercado de Velasco que se encuentra por la ruta C. Un olor nauseabundo surgía de un desagüe colindante a un campo de fútbol ubicado en las proximidades del mercado. Frente al mismo se encontraban apostados decenas de vendedores ambulantes que copan las orillas de las pistas dejando muy poco espacio para el tránsito de las personas. Generalmente venden allí artículos usados, otros en estado calamitoso y hasta "inservibles"... He visto que venden cintas de VHS, Beta y hasta celulares de la época del Rey Pepino. De vez en cuando he encontrado entre los cachivaches algunos buenos libros, como aquel de las "Tradiciones peruanas" por el que sólo pagué dos soles y "Sartoris" de William Faulkner, en perfecto estado, y que me costó tres soles el ejemplar. A mis sobrinas les compré, en varias ocasiones, cuentos y libros con adivinanzas y trabalenguas para que se distraigan. Pero ésta vez el caso era distinto pues tendría que acatar el pedido de las niñas pues se supone que la Navidad es para los niños y no me considero tan ruín como para arruinarles el "sentido" de la Navidad por más que mis pensamientos me conduzcan, con mediana certeza, a considerar a éstas fiestas como algo meramente comercial.

Karina escogió un juego de cocina y Vero lo mismo, y pensando en Valeria que se encontraba en caso me sugirieron que le comprase una muñeca con una ajuar completo. La gracia, a pesar de mis malos presagios, no se salió de lo presupuestado por lo que pude respirar con alivio. De camino a casa, cruzando arenales como beduínos en el desierto, estuvimos jugando con la cámara del celular. Verónica lucía sus mejillas coloradotas y sus pecas casi imperceptibles. Karina, blanca, pálida, casi transparente parecía no sufrir los estragos del asfixiante clima ni por asomo. Pasamos por el colegio y aún había gente agolpada en las puertas y niños saliendo contentos llevando entre sus manos un juguete de a sol.

jueves, diciembre 14, 2006

Nunca están de sobra un "por favor" y un "gracias"...

Se siente distinto, raro, como diría una muy querida amiga, no haber asistido hoy al gran almacén, molestias estomacales, que parecen ser un mal endémico en el trabajo, se confabularon para romper con mi línea de responsabilidad autoimpuesta: No llegar tarde, no faltar... Recuerdo ahora una frase que me decía mi padre: "Primero es tu salud...", aunque él obviamente le daba una connotación distinta pues con pícara mirada hacía alusión a bebidas alcohólicas de las que no soy devoto, claro que una pequeña copa de vino en la cena no se la voy a desdeñar a nadie pero, por supuesto, dejando de lado cualquier exceso, allí entran en juego mi criterio y mis represiones... Sólo dos veces en mi vida he sentido los estragos de las bebidas non santas, experiencias como las padecidas prefiero dejarlas en el olvido porque nunca me he sentido tan tonto en mi vida.

Un ardor en el estómago, deposiciones frecuentes y suaves, dolor abdominal, gases, me sentía hinchado como un sapo, son los síntomas que presento. Esta mañana, pasadas las siete, me dirigí al Policlínico de Essalud ubicado en la residencial Los Próceres, Surco. La noche previa había hecho una llamada, a golpe de las siete y media, solicitando una cita pero por ser la primera que me atiendo en esa institución estatal me conminaron, una señorita con voz muy amable, acercarme a la oficina de admisión, con mi DNI, para crear mi historia clínica. En la puerta de entrada se enontraban dos agentes de seguridas, vulgarmente conocidos como guachimanes, quienes me solicitaron mi DNI a la vez que me indicaron el camino, al fondo a la derecha, a la oficina de Admisión. Sin embargo, para desconcierto mío vi un pequeño pasillo atestado de personas de la tercera edad, sólo habían un par de personas que hacían las veces de compañía de la personas mayores y al final de la "cola" (una costumbre muy peruana) había una señorita vestida de negro a quien le pregunté por la oficina de admisión pero no me dio razón alguna. Volví a la entrada y le dije al "guachimán" (variante de watchman) lo que había visto y me recalcó que ese era el lugar que buscaba. Mientras esperaba que la ventanilla de atención se pusiera en marcha me puse a jugar con "El Príncipe de Persia", un juego que descargué a mi celular y del que me declaro adicto desde su versión primigenia que jugaba en una computadora que tenía sólo 512 de memoria KB y 52 megas de disco duro... Todavía no termino de acostumbrarme a los pequeños botones y me quedé en el segundo nivel. Una señorita, de cabellos ensortijados y húmedos atravesó, muy de prisa, el pasillo y la cola se desmembró pues los que buscaban una cita corrieron para formar una cola, más compacta, los nombres de los ancianos que se encontraban en la sala eran mencionados por los consultorios adyacentes. Habían, alrededor, muchos afiches recomendando atención preferencial y respeto a personas discapacitadas pero lo primero que tuve que ver fue el maltrato que recibió una persona mayor apoyada en una muleta... La señorita de cabellos ensortijados peleaba con el teclado de la computadora, la tecla Enter parecía no responder a las pulsaciones pues la golpeaba repetidas veces y con gran fuerza. Atendió al mencionado señor y le dio una cita para el sábado pero el señor dijo que no podía ese día pues tenía que ir a cobrar su pensión y la señorita, cortante, le dijo que tenía que hacer nuevamente su cola. El señor reclamó aduciendo era una persona con muletas pero la señorita parecía no oirle y lo mandaba a hacer su cola nuevamente. Le tocaba el turno a una joven señora que tuvo que recordarle a la señorita de Admisión que la atención era preferencial para personas con algún tipo de problema físico... La misma señorita con una semblante mas amable me atendió rápidamente, le rogué que me diera una cita para el mismo día y me dia una para el mismo día, hoy, a las seis de la tarde en un consultorio externo. Junto con la cita me dio un pequeño croquis que seguí apenas salí del policlínico para no perderme en el camino en la tarde. Tomé el camino largo y bajo las indicaciones de un amable señor di con la dirección teniendo que pasar por callejones no muy agradable. De salida tomé una ruta alterna y salí cerca a la urbanización los precursores. Ya tenía definida mi ruta para más tarde entonces, tomaría ese atajo...

Éstos días la carga laboral ha estado pesada, ingresó harta mercadería. El sábado nos quedamos hasta las una de la mañana. El lunes salimos temprano, el martes y miércoles nuevamente volvió el trabajo rudo. El miércoles pedí permiso a Juan para retirarme a las seis y me dejo ir sin problemas y recomendándome que me cuidara. Nadie se enteró porque sino la alharaca y los abucheos habrían sido intensos. Total ya estoy acostumbrado a los "lances". Un "lance" es cuando alguien de manera maliciosa te pone en evidencia para bajonearte... "Áhhh la...", es la expresión dicha a viva voz más frecuento para dejarte mal ante el resto o el poco tino de algunas personas a la hora de pedir las cosas. Nunca están de sobra un "por favor" y un "gracias"...

domingo, diciembre 10, 2006

"Una historia de fantasmas"

(Corregida y aumentada)

Los abuelos Teófilo y Demetria, y las demás personas habitantes de la antigua casona familiar, esperaban con mucha emoción la llegada de un nuevo nieto. Tía Rosa, la mayor de las hijas mujeres, bordeaba ya los nueve meses de gestación. En casa de Rosa, Rubén, su esposo y sus menores hijos esperaban más que ansiosos el alumbramiento. Rosa empezó el trabajo de parto de manera normal. Una comadrona la asistió y dio a luz una hermosa bebita pero empezaron las complicaciones. Rosa se desangra. El pánico se apodera de todos en su casa. El desorden cunde. La hemorragia es incontenible. La bebé es envuelta en una sábana, puesta en un cesto y bajo la cama. La atención se encuentra centrada en Rosa. Los hermanos de Rubén corren a llamar a los padres de Rosa. Afuera, llueve muy fuerte. El camino se encuentra completamente anegado. Sus pasos son difíciles y en falso. Después de sortear mil y un charcos llegan a la casa de los abuelos, completamente mojados, golpean la puerta fuertemente. Alarmados los de dentro, abren presurosamente en espera de nuevas. Los abuelos y sus hijos mayores corren a casa de Rosa . Sólo las pequeñas se quedan en casa.

Las pequeñas (Herminia, Demetria, Celestina y Joaquina), entre 4 y 8 años, quedaron sorprendidas por la premura de los abuelos y de sus padres. Intentan seguir con sus juegos infantiles pero no ya no les hallan gracia. La preocupación les invade. La espera es larga y angustiosa. Ya han pasado varias horas horas desde que se fue la tata con el abuelo. La lluvia cae, golpeando el tejado, de manera sostenida y monótona, el olor a tierra húmeda penetra por las ventanas. Está oscureciendo. Una tristeza profunda ha penetrado en sus entrañas. La oscuridad invade la casa. La noche les aterra. La lluvia parece haber desaparecido con la oscuridad..., las gotas caen de manera espaciada y un ruido diferente, distinto, les pone los pelos de punta...

...Los abuelos, sus hijos y los hermanos de Rubén corren a casa de Rosa. Evitan los charcos grandes. Se encuentran totalmente empapados. Un objeto oscuro, delante, les lleva ventaja. Detienen de manera intempestiva su marcha para ver lo que parecen una sábanas, en media de la oscuridad, con forma humana que flamea y avanza hacia la casa de Rosa. No pueden creer lo que ven sus ojos, pero reinician la marcha. Al llegar a la casa les espera una infausta noticia...

Las niñas sienten un ruido fuera de casa. Corren a una habitación y se esconden bajo la cama.. El ruido de la puerta al abrir les hace sudar frio. Cierran sus ojitos y permanecen juntas, muy juntas, temblando. Se siente pasos que se acercan al umbral de esa puerta... parece que se detienen... continúan hacia la cocina... ahora se escuchan en la cocina... de pronto un "llanto" (o lo que parece uno) se escucha. Se siente claro, muy claro, agudo, triste, muy triste. Las niñas están aterradas. El tiempo no pasa y el "llanto" no cesa. De pronto un portazo. Lanzán un grito al unísono. Son presas de la desesperación ... Eran los abuelos. Las niñas los abrazan. Temblando y llorando. Los abuelos les informan que la tía Rosa ha muerto. Las niñas lloran, pues la querían muchísimo. Y preguntan por el bebé. Los abuelos no supieron que decir. ¡Cielos! ¿Dónde está el bebé? Los abuelos regresaron a casa de Rosa (esta vez llevaron a las niñas) y preguntaron por el bebé. Se encontraba debajo de la cama, desnuda y sin emitir sonido alguno. Los abuelos cargan a la bebé, pensaba que también había muerto, pero no era así. Gruesas lágrimas recorren sus mejillas. La pequeña Rosita no entiende que pasa. Los demás en la casa lloran de manera desconsolada.

Una de las protagonistas, Herminia, mi madre, me contó esta historia...

viernes, diciembre 08, 2006

"¿Quedamos como amigos?"

Nuestros cuerpos entrelazados, sudorosos, brillantes, se movían al ritmo de una pasión, enturbiada, sumida en el hastío y en la cruel rutina de la que he huído toda mi vida. Ya no era lo mismo. No era la primera vez que estábamos juntos, definitivamente no, pero sería la última... No hallaba la frase correcta para decirle que ya no sentía lo mismo que antes, que aquella magia que hacía palpitar mi corazón se había esfumado de la misma manera como apareció aquella noche que, entre balbuceos, dudas y silencios interminables, le dije que me gustaba...

En nuestros largos paseos por las calles de Los Precursores le decía una y otra vez que me gustaba. Ella tomaba con cautela mis palabras y me pedía tiempo al tiempo y que sólo la paciencia determinaría al final el inicio de una historia entre los dos... Motivado por el ímpetu de mis años insistí tanto que teminé por convencerla, a ilusionarla, a que mis palabras sonaran como arrullo en sus oídos, a confiar y entregarse plenamente a un amor sin amor, de palabras vanas, a una relación más física que espiritual y como no se puede desligar una de la otra el final era previsible. Me enamoré de la forma y no del fondo y cuando caí en cuenta de esa realidad tuve que dar marcha atrás y tragarme mis propias palabras. "Cada vez que me buscas es sólo para acostarme conmigo...", me dijo en más de una ocasión pero yo le decía que me gustaba por su espontaneidad, su alegría, su desenvolvimiento y que era mi contraparte perfecta pero cada vez que repetía las misma palabras éstas me sonaban terriblemente vacías...

Hacíamos el amor dos veces por semana. Nos encontrábamos en el mismo paradero y de ahí enrumbábamos al hostal de paredes encaladas. Se mostraba sonriente. Besaba sus hombros y pechos con frenesí. Su piel suave, sus senos palpitantes, su vientre siempre desafiante y a la espera del deseado tirano despertaban mi líbido hasta niveles inconmensurables. Le hacía llegar a las nubes, al sétimo cielo, al paraíso esquivo... Sin embargo, aquella vez fue distinto... Bajo una ténue penumbra podía verle los ojos brillantes , y ella pudo notar la tristeza en los míos y me preguntó que si tenía algo que decirle. Parecía preparado para algo, ¿era quizás su sexto sentido en acción o era clara, desnuda, mi intención? Me mordí la lengua cobardemente y le dije que "nada". Nuestro encuentro fue silencioso, la tarde-noche era quebrada por tibios escarceos. No tuvo que exprimirme el cerebro buscando la mejor salida pues ella me facilito las cosas: "¿Quedamos como amigos? y yo le dije que: "Sí...".



domingo, diciembre 03, 2006

Desayuno Navideño


La celebración adelantada por Navidad estuvo espléndida salvo por algunos imponderables detallitos que pusieron de mal humor, y con razón, a más de uno pues no alcanzaron a desayunar y tuvieron que conformarse, a regañadientes, con un poco de bebida gaseosa por la mañana... Todos fuimos citados a las seis y media de la mañana; cuando llegué, cerca de las siete de la mañana, ya un enorme grupo se hallaba dentro a la espera de ganar una ubicación en las mesas, ex-profesamente, preparadas para el desayuno navideño. Fui al baño a ponerme las botas para completar mi uniforme cuando y salí me uní a mi grupo de amigos entre los que se encontraban Bric, Tito, Charapa, Parko, Aldo y otros que fueron apareciendo de espaciada y progresivamente.

Cuando dieron la orden para ingresar a la parte de la explanada acondicionada para la recepción todos se agolparon por ingresar. En la entrada una linda señorita, alta, con una carita de ángel, aunque, para mi gusto, demasiado delgada que vino a mi mente la palabra "anorexia" y ataviada con un vestido largo recibía los boletos y los introducía en una ánfora para el posterior sorteo. Apenas ingresamos nuestro grupo se partió y nos acomodamos en mesas distintas. Perdí de vista a muchos de mis compañeros. En mi mesa estuvieron Walt, Robert, Eddy y algunos chicos nuevos de otras zonas.

Un maestro de ceremonias con una voz estereofónica y un discurso cuadrado acompañada de una chica que había visto en televisión, para variar delgadísima, fueron los encargados de animar la velada que se inició con un breve discurso del Sub-gerente que tenía como tema el sentido de la Navidad, un discurso para mi apreciación dotado de enormes muestras de egolatría... Los maestros de ceremonia invitaron, como inicio del espectáculo, al cómico Hugo Salazar que con su humor fino y una rutina muy bien elaborada hizo las delicias del público asistente, todos reíamos, a mandíbula batiente, con sus "alucinaciones" mordaces de la "realidad peruana" y chistes de salón que dejaron pensado a varios incautos. Una manera muy agradable de despertar. La mesa que se hallaba llena de cubiertos, tazas y vasos se fue cubriendo de a pocos con cajitas blancas y una panetón pequeñito. Un cafecito caliente acompañó al sánguche que venía en la cajita. La mesa cercana se encontraba a la espera del desayuno y así continúo hasta casi el final...

Un grupo de chicas que trabajan en las oficinas administrativas desarrollaron una coreografía a ritmo de reaggeton. La verdad es que si el show de Hugo Salazar estuvo muy bueno por el fondo, el baile de las chicas estuvo muy bueno por la forma... Hermosas chicas, de lindas formas se movían frenéticamente al ritmo del pegajoso baile. La flaquita de cabello corto con una remera blanca que ponía al descubierto sus encantos captó mi atención. Se presentaron posteriormente dos representaciones: una se supone que humorística y otra un tanto dramática que no caló en mi gusto. La representación dramática que hago alusión estuvo representada por un chico y teniendo como recurso el monólogo e imágenes efectivistas me llevaron al fondo del patetismo extremo... Para cierre del show estuvo Guajaja que apelando a su ritmo y desvergüenza escénica, desbordante alegría terminó por despertar a todos. Nos "obligó" a pararnos y a bailar y aplaudir, bajó del escenario y pedía a la gente que bailase y si no lo hacían le decía, para deleite de la mayoría, "baila mielda...". Se paró frente mío para que bailase pero yo no bailo ni sobre brasas calientes y lo único que hice fue aplaudir hasta que la figura de ébano se moviera a otra parte. Las chicas sacaron a bailar a la plana mayor. Guajaja buscaba a chicos de color para que lo acompañen al escenario a bailar. Freddy, con un rictus de "¿por qué a mí? subió al escenario a dejar en evidencia sus dotes para el baile e incluso la morena, de prominentes formas, fue "elevada" al escenario y dio cátedra de como mover el "esqueleto" y demostrar que, sin importar las leyes de gravedad, todo negro tiene su ritmo. Con impresionantes movimientos de cadera, a pesar del sobrepeso, despertó la atención del público. Para finalizar el desayuno y cerca de las diez de la mañana, con algunos molestos por no haber alcanzado a desayuna, el gerente nos dirigió algunas palabras desde un punto de vista más empresarial...

Si me preguntan que es la Navidad yo diría que la Navidad es compartir, en un sentido amplio, poco, mucho, lo mejor...


jueves, noviembre 30, 2006

"Jueves de negro..."

El nuevo uniforme de trabajo incluía un polo negro como presagio de un día nefasto; si algunas veces sentí presión en todo este tiempo que vengo laborando aquí, todo ello no pasó de ser una simple ejercicio para lo que nos tocaría experimentar el día de hoy. Ya Tito nos había puesto al tanto, a través de sus remembranzas a la hora del almuerzo, de aquellos días en los que el trabajo era más que trabajo, casi un castigo... Hoy todo se puso cuesta arriba, hasta yo mismo me desconocí gritándole a Walt por su poco tino a la hora de pedir las cosas, pues el no pide, bueno algunas veces sí, las cosas por favor sino que lanza una crítica destructiva como para elevarte el nivel de la sangre más arriba de la frente y que si no le haces caso no hace que más que continuar mordiéndote en la paciencia como perro tras su presa. Flavio, un chico que vino apoyarlo, con una sonrisa amable y en un tanto tranqui me preguntó por qué había renegado en la mañana, no le dije nada pues no no vivo de rencores...

El miércoles antes de la hora del amuerzo, un poco tarde por cierto, me encontraba haciendo una larga cola para recoger el nuevo uniforme, hice una mala elección con la talla del pantalón pues había pedido una más grande pero como todos cambiaban de talla la hora de dejar el vale no tuve problemas para pedir una talla menos, 48, e intercambiarla por la 46 que Robert había pedido y que le quedaba muy estrecho. Pasamos al comedor a golpe de tres con treinta y en menos de media hora ya estaba de vuelta en el trabajo aunque apoyando a otra zona. Creo que jamás me había divertido mientras trabajaba. Antes era muy frío y centrado a la hora de trabajar pero ese día estuvimos jugando lanzando bolsas de basura o cajas vacías como para levantar el ánimo y hacer el trabajo menos oneroso. Aunque una gracia estuvo a punto de costarme caro pues al levantar una caja para tirársela al loquito Irving una de las puntas de las de la tapa impacto certeramente en mi ojo derecho. Estuve en el baño como cinco minutos tratando de calmar con abundante agua la molestia en mi ojo pero no fue suficiente, ese día salimos a las 8 y media con los dos pantalones y los tres polos que formaban el uniforme de trabajo para esta temporada.

Hoy, me vine vestido con el pantalón jean y el polito oscuro mangas cortas. Llegué algo tarde y me costó trabajo encontrar buenas herramientas de trabajo así es que los primero minutos no pude avanzar mucho. Tuve que apelar a mi verbo, que carece de convencimiento a la hora de hablar, para conseguir un pato mecánico, solo allí pude desarrollar una labor casi normal pero como todo camino tiene piedras en este camino enormes rocas que me ocasionaron más de un tropiezo... Llegaban cantindades ingentes de mercadería que en más de una ocasión me encontré saturado y por añadidura tenía que soportar las pataletas de Walt pues me hacía responsable de una caja perdida entre mil que había llevado... La mercadería parecía que nunca se iba acabar ya daban los dos y media de la tarde y no se daban visos de acabar y tuve que darme una escapadita al comedor pues ya sentía mi estómago vació y sus paredes pegadas entre sí. En menos de cinco minutos devoré un enrollado de hot-dog y bebí una gaseosa lo más rápido que pude frente a Durán y a Francia que devoraban un suculento menú... De vuelta a la chamba y toda la vorágine en pleno fragor sin una luz al final de tunel. Veía rostros demacrados y convulsos por hambre y cansancio pero aún así la responsabilidad estaba por encima de todo y pudimos dar por terminado el trabajo a las cinco con treinta, es decir con más de cuatro horas y media de retraso. Al finalizar el día se produjo un hecho que no puedo dejar pasar pues estuve muy cerca para verlo todo: Un encargado responsable de recibir la merca se quejaba a viva por la forma en que habíamos enviado la mercadería que el siempre impavido Parko no tuve a bien mandar a la mierda... La cosa pareció ponerse fea cuando dicho encargado trató de encarar a Parko y éste rehuía a sólo mirarlo pues creo que a los cinco segundo que lanzó merecidamente a la mierda al prepotente encargado había reparado en las consecuencias que esto podía acarrear. Dicho encargado le preguntaba su nombre pero ignorado por Parko y tuvo que intervenir nuestro encargado para poder el agua en su cauce normal.

A la salida Bric, el inefable Irving y yo, sin almorzar, fuimos a cobrar nuestro sueldo de cada fin de mes, cuando salimos de la agencia llegaron Tito y Robert. Enfilamos al Tottus para saborear cualquier cosas que fuese comestible. El Loquito estuvo como siempre conversador y "amenazante". Recorrimos luego el centro comercial, pasamos algunos minutos en la sección de libros, el Loquito me dijo que había leído varios de los títulos que allí habían y cuando pasamos por la exhibición de colchones no tuvo el menor reparo que tirarse de espaldas sobre un suave colchón para sorpresa de algunos presentes. Algo cansados por el agitado días nos dirigimos a nuestras respectivas casa.


martes, noviembre 28, 2006

"Hoy..."

Una de las cosas que detesto en las personas, y por qué no en mí mismo, es la inconsecuencia y la hipocresía, en cualquier orden... Todos los días lidio con personas con personalidad dispar y me resulta imposible determinar un patrón de comportamiento en ellas. Dicen que los hombres son animales de costumbres y de circunstancias... Por ejemplo, este día, cambié de humor, radicalmente, en un par de ocasiones... No siempre pero muy seguido (je je) detesto a Walt cada vez que trata de imponer sus ideas más con el hígado que con la razón y yo en lugar de actuar diplomáticamente lo ignoré, hoy, olímpicamente aunque no dejaron de escaparse de entre mis pensamientos y labios algunos "ajos y cebollas". Definitivamente, no van conmigo las personas que por quedar bien tratan de desmerecer el esfuerzo de otros, no hablo de zancadillas sino de que no reconocen los esfuerzos en la misma magnitud con que se tratan los errores.

Recuerdo que en un anterior empleo, estaba apoyando a una joven contadora en un negocio que había puesto un primo mío, una de las pocas personas que se arriesgó a montar un negocio propio en el Perú pero que al final no caminó... Hablaba de esta joven contadora cuyo nombre era Tania a quien le tengo un particular afecto y mantengo un imborrable recuerdo. Al principio no parecí caerle bien pues se mostraba fría y distante. Cada vez que le decía algo contestaba con un apagado e incrédulo "¿sí?" mientras bajaba los párpados en un actitud que parecía decir: "Me aburres, no molestes...". Los días pasaron y poco se fue estableciendo un buen nivel de confianza. Yo le platicaba las cosa que me sucedían fuera y en casa y ella a su vez me contaba las suyas. Ella se encontraba de novia con un chico de su misma especialidad pero se mostraba dudosa sobre dar el siguiente paso, el matrimonio, para los mal pensados. Me convertí en una especie de confidente. A pesar de que existen ciertas y estúpidas barreras sociales éstas quedaron a un lado porque yo no me sentía ni más ni menos que ella y si me preguntaba algo, ella, sabía que iba a obtener una respuesta directa y sincera. La perfección no existe y menos cuando somos tan propensos al error y caer con facilidad en el prejuicio. El trabajo era duro y ella sabía como motivar al personal. Era un depósito de cera y lejía y en más de una ocasión la vi moviendo mercadería como dando el primer paso y el resto la seguíamos sin desentonar, luego ella salía muy elegantemente de la labor, sin haberse mantenido en la zona de trabajo más de cinco minutos, para volver a su escitorio, mientras que nosotros seguíamos con la faena, ¿genial, no? Se comportaba como una amiga y uno no puede fallarle a una amiga, ahora el trato era distinto y cada vez que me hablaba de sus cosas con Ricardo, su novio, se le encendían sus ojos y veían sus pestañeas abanicarse constantemente o cuando discutía con él le brillaban los ojos...

Si bien es cierto que en un ambiente de trabajo lo importante es mostrar un buen desempeño esto no debe significar pisar la cabeza de otros... Será una cuestión de educación o no estar acostumbrado a llevar la batuta de un grupo. Yo pienso que es mejor sugerir con educación y amabilidad que mandar, todos somos personas inteligentes y sensibles y juega un papel muy importante la motivación y la muñeca con que se maneja al grupo.

Esta tarde después de haber acabado el trabajo, a golpe de casi las tres de la tarde para variar, estuvimos departiendo animosamente. Walt trató de mandar uno de sus dardos asesinos pero creó que al final comprendió que "hay cosas que se quedan en la cancha" (¡Cielos!, soné a Ricardo Belmont con una de sus paliativas y acomodaticias pastillas). Estaba la señora de la AFP y la asistente social, la flaquita de los ojos soñadores que anunciaba su partida pues ya no nos hará agradable compañía los martes y viernes como era costumbre pues otra persona hará sus labores. Los chicos me estuvieron "cargando" con lo de la pose vallejiana de la foto de este blog y hasta que se habría "hecho realidad" el rumor que dando un click sobre mi imagen lanzo un batiente parpadeo de pestañas mientras mi mirada se clava sobre la bragueta de alguien... Je je je. Definitivamente, tienen mucha más imaginación que yo. A insistencia del grupo y como despedida a la asistenta Walt contó el chiste del techo que no voy a repetir porque me falta gracia y que al finalizar de contarlo todos celebramos, yo partí como alma que lleva el diablo apenas terminó de contarlo pues ya se me había terminado el tiempo del refrigerio por varios minutos.

Ya dentro formamos una buena dupla de trabajo con Walt olvidando viejas rencillas. Como siempre el loquito Irving estuvo profiriendo sus "amenazas de muerte" que me mataban pero de risa...


domingo, noviembre 26, 2006

"La Sexualidad en el Almacén" (Parte 1)

La falta de seguridad, refiriéndome a su sexualidad, en las personas les obliga a proyectar sus propios temores y dudas hacia otras, personas, de su entorno, haciéndolas víctimas de agresiones de índole sexista... O porque se piensa que tocar abiertamente el tema de la sexualidad, desde un punto netamente machista, los hace más machos que el resto...Y poniendo de antemano el parche diré que no me siento víctima del juego donde "el que se pica pierde" en el que las bromas dirigidas a mí con respecto a mi sexualidad no me afectan, puedo sonreir pero no comparto ni me identifico con los comentarios mitad joda, mitad mala leche dirigidos a mi hombría o a mi falta de ella... Al final todos son cogidos como punto para bromas pesadas aunque últimamente me convertido en el point preferido. Soy hetero por naturaleza y eso no hay vuelta que darle así es que los comentarios dirigidos a mi persona por mis compañeros algunos tendenciosos, otros simpáticos, en todo caso no exentos de malicia, los tomo con el mejor sentido del humor posible, y de quien viene, pues no voy a ir desvirtuando rumores, replicando insinuaciones cuando sé que sólo lo hacen para no aburrirse en un ambiente de extenuante y stressante trabajo.

A veces les doy tema de conversación cuando les digo a algunos de ellos que salgo con una bailarina, de formas espléndidas, de un night club y ahora resulta para todos que soy chonguero o que tengo la líbido descontrolada porque tengo en mi lista de amigas a una chica "buena" de la mala vida o a una chica "mala" que está "muy buena". Incluso, por caminos que sólo Dios conoce, la noticia llegó a los oídos de mis dos encargados para los que resulto un asiduo visitante de antros de mala muerte... Já. Supongo que así se hacen la noticias sobre todo cuando vivimos en un país con muy poca actividad intelectual y en donde el deporte de los rumores resulta el mejor mecanismo de catarsis.

Con Bric tenemos una gran amistad, trabajamos juntos, formamos un buen tándem de trabajo, o dupla, pero para el resto somos amantes... Já. Sólo sonrío y hago oídos sordos a las jodas y bromas directas de Roger quien dice haber ampayado juntos compartiendo de una hamburguesa tomados de la mano... Já. Lo que no hay duda es que mis compañeros demuestran tener una enorme imaginación que ya desearía tener. O como por ejemplo Walt que al enterarse que poseo este página que incluye una fotografía en pose vallejiana ha inventado la historia que al hacer click sobre esa imagen aparece otra donde guiño un ojo y muestro el comienzo de la raya del trasero... Já. Sólo sonrío. Siento que el "enemigo" no está altura del conflicto y caigo con facilidad en el "maleteo" cuando llamó a Bric "Peludita" por la impresionante vellosidad que muestra en todo el cuerpo y que se ha convertido en la obsesión de mis compañeros ya que varios están a la espera que se quite el polo de trabajo, a la hora de lavarse en los servicios higiénicos, y pegarle un sticker adhesivo en su pecho, espalda o brazos y verlo padecer tratando de retirarlo no sin antes perder una importante mata de vellos. Lo bueno de Bric es que tiene un sentido del humor a prueba de balas y con eso ha adquirido una gran confianza con el resto de "antiguos" de la zona de trabajo.

Otro de las temas favoritos es tomar a la hermana, del otro, como escudo o salida: "¿Por qué estás con esa cara?" y la respuesta indefectiblemente será "¡Pregúntale a tu hermana...!". Supongo que es nuestra forma de exteriorizar tensiones y carencias. Le tengo especial animadversión a Aldo, un diminuto trabajador con la líbido de un cuy en celo pues pasa de los dichos al hecho y a pesar que trato de mostrarme la mayor parte del tiempo serio en mis funciones se extralimita y me hace tocamientos incómodos. Hacerle entender mi molestia sería imposible pues tiene una coraza ante lo que piensen o sientan los otros. Un pensamiento muy egoísta como he podido notar.

Y olvidaba mencionar a Irving cuya frase favorita "Chivito" se ha convertido en una clásica dentro del grupo de nuevos. A todos los trata de "chivitos", "cabros" o "chimbombos" supongo que es una forma rudimentaria de sentirse más macho de lo que en realidad es e incluso me ha dedicado un post en un blog que acaba de crear...

Ayer viendo la lista de mis contactos y repasando los mensajes que tienen incorporados en sus MSM, no me topé esta vez con los clásicos poemas cursis o partes de canciones sino con un mensaje que me hizo abrir los ojos... James, trabajo conmigo más de dos meses en otro almacén y era el punto preferido para las bromas pesadas. Todos lo tildaban de "Mariquita" e incluso había algunos más avezados que le preguntaban a boca de jarro si era gay y él a veces se molestaba. Viendo en su dirección de correo me topé con este mensaje que me deja algunas preguntas en el aire...

charapa2



¿Podría un chico gay decir abiertamente que lo es en una sociedad tan machista como la nuestra? Veo a diario el caso de Freddy, el chico moreno que les hable una vez, con el cuerpo de boxeador y la delicadeza de una flor, que cada vez que pasa por algún lugar del almacén es silbado a más no poder o molestado con gritos y demás palabrotas que el toma de la mejor forma... Mal que bien yo no hago demasiados juicios a la hora de elegir a mis amistades.


jueves, noviembre 23, 2006

"Los containers y yo..."

container


Un container o contenedor según la definición de Wikipedia es un recipiente de carga para el transporte aéreo, marítimo o terrestre... "¡Chanta! ¡Chanta! ¡Chanta!", es el grito que rebota entre las paredes y hasta el techo del almacén, quien emite el estentóreo y nada sutil llamado es el tío "Lobo" azuzado por unos cuantos de mis compañeros que son de la opinión de que yo huyo, me escapo, me "orino" al ver un container y como epílogo al laaaaaaargo e inacabable llamado resuenan unas terribles risotadas del propio tío relamiéndose por su gracia. Yo escucho y sólo sonrío y no voy corriendo como las personas que están bajo el cargo del tío pues mi principal responsabilidad se halla en la zona de recepción de mercadería y sólo cuando no hay nada a la vista tengo que ir a apoyar en las descargas de éstos enormes contenedores que pueden traer en sus entrañas desde pequeñas cajas con juguetes, televisores de 21 y 29``, hasta equipos de gimnasio que harían renunciar a quien no está acostumbrado a las faenas duras.

Lo más pesado que me ha tocado, descargar, en todo éste tiempo han sido televisores de 21 y 29``, hay quienes disfrutan de los apuros en los que caigo al soportar sobre mi débil contextura la pesada carga de uno de éstos artefactos. Definitivamente, por una cuestión de biotipo, no estoy hecho para la carga pesada y hago lo más práctico y lo que el sentido común me recomienda para éstas circunstancias que es coger un "pato" con el que traslado los televisores con un mínimo de esfuerzo. Una vez me mandaron a contar los televisores que iban saliendo de un conainer y me jodían diciendo que "no te vayas a lastimar sosteniendo el lapicero"...

Anteayer, mientras arreglaba nuestra zona de trabajo el tío "Lobo" y algunos de mis compañeros estuvieron pidiendo a voz en cuello mi presencia en uno de éstos containers y seguí el consejo de que no hay peor respuesta que la indiferencia a las palabras necias y dichas en joda. Se cansaron de gritar y no me llamaron más.

Éstos días, en la zona, el trabajo ha estado sobrecargado y aún así hemos logrado vencer al vendaval de proveedores y mercadería a la que tenemos que hacer control de calidad. Hasta la semana pasada contábamos con apoyo de personas que trabajan en otras áreas pero ahora tenemos que arreglárnolas para la tarea contando apenas con una ayuda mínima y por horas. El mércoles fue un día con mucho movimiento, ese día sudé tanto acarreando la mercadería a la zona de revisión que terminé con los pantalones y la polera mojada, la faja que llevo en la cintura aporta su cuota de arena en mi deshidratación diario, por lo menos me ayuda a no perder la línea y eliminar los molestos rollitos que otras personas a mi edad ya muestran sin el menor enfado.

Esta mañana a primera hora me mandaron a descargar un container pequeño que contenía pantalones y ternos, la tarea no fue dura pero sí muy aburrida, inmediatamente tuve que volver a la zona a lidiar con el enorme volumen diario de mercaderia y que tiene que estar listo sí o sí antes de la una, sin embargo recién terminamos a las tres, aunque a mí y a otros más nos mandaron a comer antes. Al volver del almuerzo aún habían containers en espera. Era uno que contenía muebles y que a pesar de los ojos incrédulos y las risas tendenciosas de algunos de mis compañeros pude desenvolverme sin ningún apremio...

Por otro lado, recibí la invitación de Irving, el chico más "loco", en el sentido estrictamente literal, de la zona para su fiesta de cumple en la discoteca "Planet" de Villa el Salvador. "El Loco" se ha convertido en mi más importante cancerbero en el almacén. Sus frecuentes "amenazas de muerte" me producen arcadas de risas, así como su más célebre palabra: "Chivito" que tomo más a gracia que como una grosería a todas luces. No sé si pueda ir, no vivo cerca y además lo va hacer en viernes y el sàbado todavía hay trabajo. En todo caso, este fin de semana no va a ser nada tranquilo para mi tranquila y aburrida vida pues le hice hice una invitación a Lady, una buena amiga, para pasar la noche juntos, me dijo que lo iba a pensar y que la llamara el viernes por la noche...



sábado, noviembre 18, 2006

"Sin razón, ni principio, ni final..."

Al parecer, y recalco, al parecer, por fin nos van a pagar horas extras... Pero no puedo evitar mostrar ciertas reticencias al respecto... En los últimos meses "hemos hecho" horas extras que fueron "matadas", inmisericordemente, en el mismo mes con salidas antes de la una de la tarde, en las últimas semanas de cada mes o a través de días de descanso, con la bendita fórmula de la compensación. Es decir, un día podemos trabajar hasta las 9 o más de la noche y otro día almorzar en casa, todo encajando dentro de un perfecto y maquiavélico plan empresarial. Sin embargo, en lo que va del mes, hemos hecho un promedio de 4 horas extras por día y según el encargado, a partir del lunes, se vienen días con gran carga laboral, seremos pues "esclavos" de la empresa y va a ser difícil matar todas las horas. La única desventaja es que vamos a "ver" las horas extras convertidas en efectivo recién en diciembre pues la horas extras no se pagan en el mismo mes sino al mes siguiente.

Lo que me jode es entrar a trabajar a las siete de la mañana, preferiría entrar a las ocho pero normas son normas y los horarios se han hecho para cumplirlos y tenemos que acatarlos a pies juntillas, todo por pasar unas buenas navidades y no por mí sino por quienes esperan algo de mí...

Ayer salí, "temprano", a las cuatro en punto de la tarde, y con Walt fuimos al banco para afiliar nuestra cuenta CTS a nuestras tarjetas de depósito. Sólo cobré 87 soles, por lo menos me servirá para los pasajes de lo que queda del mes. En todo este tiempo hemos hecho magia, para sobrevivir, con nuestros magros sueldos y algunos hasta se recursean para obtener más ingresos. He visto a varios chicos en mototaxis llevando pasajeros. Gianmarco, un amigo de la zona, me contó que los domingos hace las veces de cobrador de un bus y que con la "cutra" y todo puede llegar a sacar hasta 60 soles... Volviendo a mi salida tempranera, mi excusa fue porque tenía una faringitis muy obvia y un dolor muy fuerte cada vez que trataba de gritar, porque a quí todos gritan y ya se me hizo habitual decir, cada vez que alguien me llama, "¡Hábla!" pero ayer muy pocos me oían y yo apenas. Esa mañana, a primera, le adelante a Juan, nuestro encargado, que preferiría, como una forma de salvaguardar mi salud, dedicarme al control de calidad en lugar de trasladar la mercadería pues, en caso lo hiciese, sudaría mucho y complicaría mi situación, aceptó. Las cosas se hicieron así entonces y no me quedó más remedio que revisar, junto con otras 12 personas, una cantidad de 30,000 unidades de prendas.

Después del Banco me fui a casa, Valeria estaba a punto de salir con su mamá pero apenas me vió ya no quería irse. En su lugar se quedaban Verónica y Karina, mis otras dos sobrinas por el fin de semana. Acompañé a mi hermana al paradero. En todo el trayecto camino al paradero estuve cargando a Valeria que se mostraba empeñada en no irse. Le dije a mi hermana que la dejara pero no quiso, asi es que la pobre Valeria hecha un mar de llanto abordó el bus mientras que yo la despedía con la mano levantada. Me dio pena pero las cosas tienen que ser así además es por sólo un par de días pues yo iré a su casa el Domingo por la mañana, después de votar, para recogerla.

Este Domingo son las elecciones y seguro veré caras conocidas. Y seguro que me toparé con Charito y me pondré nervioso. Charito era, y creo que aún lo es, la chica más linda y carismatica de la Universidad y yo quedé prendado de ella aunque nunca se lo hice saber, uno de esos amores idiotas que no tienen razón, ni principio, ni final...


domingo, noviembre 12, 2006

"Hasta cuándo..."

Se supone que los domingos son días de descanso pero cada vez que asisto a una reunión en el colegio de Verónica, mi hermosa sobrina de diez años, éstos se convierten en días de fastidio "totales". Desde hace varios años, por una cuestión de costumbre que no recuerdo cuando se inició, asisto a todas y cada una de las asambleas ordinarias y extraordinarias en el colegio de mi más querida sobrina y por añadidura ahijada. Esta vez, ella, quiso acompañarme y no tardó en arrepentirse...

En medio de una arenal, rodeado de desmontes, mototaxis que pululan ávidos como buitres carroñeros, emerge una institución educativa de grandes dimensiones físicas, bueno por lo menos eso se aprecia por la parte externa pero por dentro muestra pobredumbre, mezquindad y miseria, la peor miseria: la humana. Se habla de pobreza cuando "no existen" recursos pero se olvida de ella cuando de dilapidar se trata.

Esta mañana llegué muy temprano a casa de Verónica, salimos a comer un ceviche que estuvo algo más que picante y que la pobre Vero tuvo que dejar al no soportar los ardores. Estuvimos espectando una actividad desarrollada por la ONG Tierra de Niños que incluía música y otras actividades artísticas y educativas y que contó con la participación de decenas de niños y jóvenes.

Comimos algo más en casa de mi hermana y de allí, aprox. las dos de la tarde, nos dirigimos al cole de Vero. En el interior del mismo había enorme cola de padres de familia esperando a que les sellaran y firmaran las tarjetas de APAFA. La espera se hizo larga. Estuvimos caminando, como presos en hora de recreo, de un lado para otro en la zona de primaria pues para evitar las "fugas" de padres de familia habían cerrado las rejas, precisando: sólo se permitía entrar pero no salir. Vero estuvo jugando con mi celular hasta que aburrió. Empezó la asamblea con una extensa lectura del libro de actas con el resumen de la última asamblea. Mientras tanto, le leí a Vero un par de cuentos de Hans Christian Andersen y uno de Perrault. La asamblea seguía adelante. A Vero le dieron ganas de entrar al baño. Le pregunte que si quería "uno" o "dos" y ella me dijo "tres"... Pero, apenas entró al baño salió disparada como alma que lleva el diablo. Le pregunté por qué tan pronto había salido y me dijo que el baño estaba hecho un asco. Para darme cuenta de la situación ingresé al baño en la sección varones y el espectáculo que ví me removió el estómago y estuvieron a punto de darme arcadas: los waters carecían de tanques de agua y por ende lucían aborreciblemente asquerosos. Asqueado salí del baño y le dije a Vero cómo habían encontrado los baños y ella me dijo que los de las niñas se encontraban igual o peor. Me dijo que hasta se orinaban en el suelo. Le pregunté cómo hacía para entrar a esos baños en los días de escuela y me contestó que se aguantaba hasta la una de la tarde, hasta llegar a casa, o iba a los baños de secundaria que lucían más limpio pero que corría el riesgo de ser atropellada por chicos muchos más grandes que jugaban toscamente. Ya no aguantaba más la pobre Vero y era imposible salir de esa sección del colegio pues la reja estaba cerrada hasta terminar la asamblea. Haciendo tripas el corazón o venciendo su asco se vio forzada a ingresar a esos inmundo baños y hacer sus necedidades lo más pronto que pudo. Mientras tanto se rendía un informe detallado, mes por mes, de los egresos del año. Ninguno de los rubros incluían gastos en tanques de agua para los baños de primaria pero sí en algunos gastos superfluos.

Es decepcionante ver como los adultos discutimos necedades y nos cerramos, agresivamente, en la sinrazón tratando de no perder en discusión estériles y se olvidan de lo principal: la salud y la vida de los niños...

Hace unos días mientras caminábamos Bric y yo, después de salir del almacén, vimos que a escasos metros de un colegio había una alcantarilla o desagüe sin tapa. Por allí fácil podía caer un niño y hacerse daño o algo peor. El nombre del colegio al lado de un peligro latente se llama I.E. Sasakawa – 7094 y está ubicado en el cruce de la Av. El Sol y la ruta C. Esperemos que alguien tome la solución en sus manos y no esperemos que ocurra una desgracia para recién actuar.


domingo, noviembre 05, 2006

"El Día de los Prófugos"

El día viernes 3 será conocido en adelante, en el almacén, como "El Día de los Prófugos" y ahora pasó a detallar por qué... El martes, un día antes del feriado, el segundo encargado de la zona nos comunicó que a partir del jueves nuestro horario de ingreso ya no sería a las ocho de la mañana sino a las siete, definitivamente, mis peores pesadillas habían cobrado vida ya que significaba que tendría que acostarme más temprano y levantarme antes de las cinco de la mañana para poder alistarme... Con gran pesadez, con un ojo entreabierto y el otro cerrado, me levanté la madrugada del jueves tiritando de frío, me metí en la ducha con una agüita que caía como lluvia supercaliente y al salir vi en la mesa del comedor mi taper con mi comida recién preparada, tengo que agradecer a la vida de haberme dotado de una madre tan abnegada en todo el sentido de la palabra... Mi polar plomo me cubría hasta el cuello e impedía que el viento helado de una virginal mañana me afectara, sin embargo sentía mucho frío. Tomé el bus en el paradero cercano a la discoteca Kapital y al Eco. Había muy poco gente en la calle. A la mitad del trayecto subió el jefe encargado de mi zona y estuvimos platicando un buen rato, tuve que interrumpir para ello la lectura del Señor de los Anillos (I La Comunidad del Anillo) y hablar de entre otras cosas del ralo sueldo que recibimos, le expresé mi desconsuelo por la frialdad del trato empresarial con los trabajadores y también por no haber aprovechado tantas oportunidades que se me había presentado en la vida como no concluir mis estudios universitarios... En la zona había poco trabajo y estuvimos buena parte de la mañana y tarde descargando containers llenos de calzado y ropa. En la tarde apoyamos a etiquetar el calzado y nos retiramos a las cinco en punto.

El viernes, con el cuerpo adolorido acudí a trabajar. Nos esperaba un día de trabajo arduo y duro pues llegaban containers repletos de bicicletas de gimnasio y televisores de 29´´. Yo sólo estuve en descarga hasta las 9 porque el jefe me llamó a la zona. En la zona sólo estábamos unos cuántos mientras que el resto padecía las de Caín al descargar los pesados televisores. Terminamos el trabajo en la zona antes del mediodía y volvimos a descarga hasta la una. Tenía que descargar un container con zapatillas que olían terrible pues había sido fumigado recientemente. En el armario había mascarillas, nuestro grupo era de cuatro y tres de ellos se había ido a lavar las mascarillas para poder usarlas pues estaban llenas de polvo. Cuando yo cogía la mía el encargado me envío a otra zona y eso fue tomado como "traición" por mis amigos pues mientras el resto se encontraba en plena faena de descarga yo estaba haciendo tareas menos pesadas que no ponían en evidencia mi escasa fortaleza física para tan onerosos menesteres. El loquito Erick me estuvo fregando todo el día con que yo me hacía la "pichi" cada vez que veía un container y me escapaba, eso no es cierto, supongo que el lunes cuando lleguen siete containers más de trescientos televisores cada uno me veré levantando más de uno... Lucho, el encargado de la zona que me habían mandado apoyar me mandó a almorzar a las 1:30. Al resto de compañeros los vi pasadas las dos arrastrando, prácticamente, sus maltratados cuerpos por la ardua faena. Todos me miraban mal y bromeaban con que me había huído del trabajo duro. En la tarde, después de almorzar, seguí apoyando a Lucho, esta vez estaba acompañado por cinco compañeros y el resto había ido a hacer control de calidad al enorme número de calzado que ellos mismos habían descargado. La tarea que se asignó a mi grupo era cambiar gancho a 800 prendas de baño de dos piezas. Una tarea que nos llevaría de hecho varias horas. En más de una ocasión Lucho nos rogó que lo apoyásemos con esa mercadería hasta las ocho de la noche. Tuvimos que llevar la mercadería a otra zona, almacenarla y luego iniciar el recambio de ganchos. Siendo cinco para las ocho, habiendo cambiado el 75% de ganchos regresamos a la zona. No vimos a nuestros compañeros. Vimos el cuaderno donde firmamos la hora de salida y la mayoría se había retirado a las seis y cuarto. Un encargado de zona, amigo nuestro nos comunicó que uno de los jefes estaba molesto pues los chicos de nuestra zona se habían "fugado" y que nosotros, por nuestro bien, deberíamos acercarnos a conversar con él para explicarle que estábamos apoyando en otra zona y para que no nos incluyera en la lista negra. Ya había enviado un mail quejándose con el supervisor general que es un tipo cascarrabias y a la menor muestra de indisciplina, error o capricho era capaz de echar gente.

Al día siguiente, sábado, todo el almacén, que es enorme, ya sabía de "la gran fuga". "Los fugitivos", mis compañeros se defendieron aduciendo que había ocurrido un problema de descoordinación pues no se le había informado sobre la hora de salida, otros decían que estaban agotados por la descarga y que nadie de la zona a la que había oído a apoyar les dijo que no fueran... Yo también estuve presente en la reunión pero Lucho me sacó de ella para que acabara de cambiar los ganchos de las prendas de baño. Regresé a mi zona a las 9 de la mañana. Era otro día de descargas pesadas pero yo no fui asignado a ninguna de ella y me quedé trabajando en la zona haciendo control de calidad. Para todos éramos "los prófugos" o "los fugitivos". Ese sábado fuimos los últimos en salir...


lunes, octubre 23, 2006

Valeria y el mes morado

Esta tarde regresé temprano a casa, eran menos de las seis de la tarde cuando abrí la puerta principal esperando ver aparecer de la nada, y "sorprenderme", a la menuda presencia de Valeria. En los días anteriores la había visto sólo dormir: Llegaba a casa pasadas las diez de la noche y ya estaba durmiendo, salía a trabajar antes de las siete de la mañana y aún dormía apoyando una de sus rosadas mejillas en la almohada. Dormida parece un ángel pero despierta estoy seguro puede poner de muy mal humor al mismo demonio.

Sólo el domingo cuando fui a casa de sus padres pude verla en todo su esplendor. Con la energía de sus cuatro hermosos años correteaba por la habitación de sus padres, hacía con mucho encanto el papel del "pingüino loco", papel que le toca representar en una actuación del kinder. Los domingos como es costumbre voy recogerla y se queda en casa hasta el viernes que es cuando su mamá la recoge.

El día del temblor yo me preparaba para darme un duchazo, en realidad tenía pie y medio dentro de la ducha cuando el fuerte y prolongado sacudón me obligó a vestirme lo mejor que pude y subir las escaleras hasta llegar a la habitación donde Vale duerme. La levanté y la verdad es que está muy pesada y aún dormida la recosté en la cama de mi padre cuando ya el movimiento telúrico se había extinguido.

Vale es una niña que reboza de energía, puede jugar y conversar horas de horas que en algunas ocasiones puede llegar hasta el hastío. Le pongo una película en el DVD y se queda prendida sólo por un rato pues hace muchas preguntas o cuenta la trama cuando ya antes la ha visto.

El viernes pasado, cuando regresé a casa, no la encontré pues ya su mamá se la había llevado, dejando en cambio a Verónica, de diez años, y a la candorosa Karina de seis. Verónica es sin lugar a dudas mi engreída. Sólo la vi un rato el viernes por la noche y otro tanto el sábado. El domingo fuimos de compras, le compré unos anteojos de Sol (sun) para reemplazar los antiguos y una correa más ancha pues las que tiene ya no le quedan. Comimos una ensalada de frutas, lo cierto es que yo la ayudé un tanto pues el plato era enorme. Compramos algunas películas y las vimos en casa. En la tarde comimos un cebiche, a ella le encanta y cuando regresábamos a casa acompañamos por un buen rato a la imagen del Señor de los Milagros en procesión por las calles de San Juan de Miraflores, supongo que en cada distrito de la gran Lima se habrá visto un espectáculo similar: Hombres maduros cargando una pesada anda con la imagen del Señor, señoras mayores con sahumerios de penetrante aroma que tornaban el aire en irrespirable mientras entonaban, a viva voz, cánticos en honor al crucificado. Verónica observaba absorta cada paso de aquel cadencioso desfile. El calor era agobiante y le dije que sería mejor ir a casa para refrescarnos y esperar la llegada de la imagen y al nutrido tropel morado allí. La música anunciaba la llegada. Nos agolpamos por los ventanales del segundo piso. Karina bajó al parque, con sus primas, tía Cristina y tío Rafael para ver la procesión más de cerca. Verónica, inicialmente, no quería ir pero después se animó y bajó para estar junto con los demás. En la ventana sólo quedamos mi hermana mayor, su hija y yo. Nuevamente un fuerte movimiento sísmico nos obligó a observar el desfile desde la primera planta. Al ver que sólo fue por instante regresamos al segundo piso. El tío Rafael les compró a Karina y a Verónica manzanas con dulces. Temía que Karina, fiel a su costumbre, se limpiara sus manos en el buzo nuevo que se acababa de poner pues tenía que llevarlas, sanas y limpias, a su casa para evitar contrariar a su madre. Fui a darles alcance. No llevé un pañuelo o algo para limpiarle el rostro a Karina que lucía pegosteado por un rojo pegajoso y caramelado. Sólo faltaba la pequeña Valeria para completar el clan de las hermanas Rivera...

El domingo por la noche cuando regresamos con mis padres a casa con la pequeña Valeria en brazos ella se quedó profundamente dormida. La recosté en su cama y a su acurrucó a un lado. Esta mañana, despertó a las seis y media y pude darle un beso de despedida. Son casi las nueve de la noche y aún Valeria no ha regresado con la abuela. Seguro que cuando llegué me va a contar cada uno de los detalles que vió en el templo de las Nazarenas... ¡Ya llegó y ya empezó a contarme todo lo que vió!


jueves, octubre 12, 2006

Remember...

Día Lunes

Lunes muy de mañana y aún somnoliento espero en el paradero del Puente Atocongo al "Venegas". A diario y a la misma hora veo a las mismas personas: La chica del "Elvira" de tez trigueña y cabello cortito acompañada de su madre y sus pequeños hermanos, el chico del "José Olaya" y su actitud autosuficiente, la señora gordita de ojos grandes y ojeras pronunciadas, el señor del cabello bien peinado y bigotitos perfectos... El "Venegas" da la vuelta y todos se agolpan en las puertas para subirse en él, gente rezagada corre para alcanzarlo. En el fondo del bus, sentada, la chica de tez blanca, cabellos largos claros y ondeados... Durante meses hemos viajado juntos. Siempre la he mirando con el rabillo del ojo o alguna vez con total frescura. Le calculo unos doce o trece años, por su seriedad le pondría más, pero prefiero imaginarlo así. Siempre con su chompa granate que hace juego con el tono rojizo de sus cabellos. Yo, me tenía doce años, tiempo de cambios, crecimiento y otras reacciones incontrolables en mi organismo. Sin, embargo, con aquella chica, mi actitud era pura y meramente "observativa". Me recordaba a las "Mamachas" de los cuadros de la Escuela Cuzqueña que había visto en las clases de Educación Artística del profesor Bustos. La miraba embobado... Ella bajaba en Surquillo y yo en el puente Ricardo Palma de Miraflores... Me encantaba coger aquella ruta, porque podía ver a mi antiguo colegio de ladrillos color marrones y su puerta antíquisima... Cruzaba La Paz y llegaba a la juguetería de grandes ventanales, todavía cerrada, allí, estaban los carritos metálicos que tanto me encantaban. Más de una vez, siendo pequeño, lloré colgado de la falda de mi madre por uno de ellos..., ahora con otra actitud los veía, pero, no con el deseo de antaño, ya era mayor para esas cosas... Pasaba por el frente del "Elvira", chicas asomadas por las ventanas del segundo piso te mandaban besos volados y risas al viento. Al frente el pimbol de Miraflores. Cruzaba Larco y llegaba al parque central y avanzaba de manera diagonal hasta llegar a la mole de la Iglesia de Miraflores, lugar donde hace un par de años hice mi Primera Comunión, lo que más recuerdo de aquella ocasión son los pellizcos de la catequista para que cruzáramos los brazos antes de entrar al templo... Llego al parque Kennedy, luce desierto e inerte. Bajo hasta la calle Bellavista. A mi izquierda el Bowling de Miraflores (el pimbal más grande y del que eramos asiduos concurrentes, aunque, muchas veces tuvimos que escapar al vuelo por las recientes batidas). Volteo a la derecha un par de cuadras hasta llegar al portón metálico de un color oscuro indefinido. Todavía no hay nadie. La gente del lugar sale a trabajar o llevan a sus hijos al colegio. Poco a poco empiezan a aparecer rostros conocidos de algunos compañeros o de niños de otras secciones. El auxiliar llega con premura y abre la pequeña puerta ubicada en el vientre del portón... Somnolientos, tímidos ingresamos al local. Es difícil determinar el tiempo de esta construcción. Aulas de quincha con techos de eternit ondeados sujetados con ladrillos, el patio principal que hace de loza deportiva, luce grietas y desniveles en varios sectores, los arcos de madera empotrados en el concreto que usamos para jugar fulbito, al fondo y alrededor un pequeño muro de concreto pulido que nos sirven de asientos. Lo más destacado se encuentra a la derecha del portón de entrada, los baños. La construcción en este ambiente es reciente, todo allí luce nuevo y contrasta con el resto de edificaciones. Algunos niños entran a los baños, otros permanecen en el patio formando grupos que hacen de la espera un momento de relajo con risas libres y juegos de manos. Yo, prefiero ir al salón a esperar la llamada a formación. Mi salón se encuentra al fondo del patio, a la mano izquierda. Hacia allá me dirijo, cruzo el frente del 2do. B (el único salón con ventanas de vidrio), sigo avanzando y casi al frente de 2do B se encuentra el 2do. C, sin puertas y un enorme hoyo rectangular que hace las veces de ventana y que apenas empiñándose uno se puede ver el interior del salón. Sigo caminando y doy con mi salón. Hay que tener cuidado, pues, en la entrada hay dos peldaños altos que nos conduce a un subnivel. El color beige de las paredes y el zócalo terroso hacen juego con el marrón de las tres filas de pupitres bipersonales. La pizarra de un verde oscuro (pintada en la pared) acompañada de la infaltable mota y pedazos de tiza. Una pequeña carpeta que hace las veces de escritorio de los profesores y una silla sencilla que le hace compañía. Y al fondo del salón , en el punto extremo, una entrada, que a través de un pasillo, conduce a otro salón (un salón dentro de otro salón).

El timbre suena a las ocho en punto. El auxiliar de secundaria con su vara ordena desalojar los salones. Todos tienen que estar en el patio. Se forman las filas con desgano. Los más pequeños adelante, los grande detrás. El auxilar adjunto, Gonzáles (moreno alto), supervisa con su vara la formación y la rectitud de las filas. Otro Lunes sin química. Siempre nos toca química a la primera hora. No recuerdo haber recibido una clase de química en Lunes. Cuando las filas ya están formadas y sólo el silencio impera, el director ordena cantar el Himno Nacional. Cientos de voces se confunden, unos llevan prisa, otros se retrasan, Gonzáles con su vara pone orden al desconcierto. Algunos se ríen y para molestar comienzan a cantar a gritos... La ofuscación en los profes y el director son evidentes. El director mantiene la compostura y se manda un discurso que dura mucho tiempo... Y para aquellos que estábamos despiertos nos conduce nuevamente a la modorra y al aburrimiento. Bueno, menos mal que no tendremos Química a la primera; a otros les va peor porque tienen que perder la primera hora de Educación Física y los partidos de fulbito.

La segunda hora es de religión. El "Curita", formalito al vestir y de aspecto y modos "delicados" nos dicta el curso. Su clase, también, consiste en exposiciones y después paséandose (contorneándose), con las manos libres como palomas, nos habla de Dios, amor y bondad mientras acaricia nuestras cabezas, rostros y pechitos. Abraza a muchos, algunos corresponden a su abrazo, como aquel compañerito que, mientras, soba la espalda al "Curita", une pulgar e índice dejando los dedos restantes levantados... Todos tenemos en claro las tendencias del "Curita" y nos mostramos a la defensiva, lo rechazamos y otros no...

Luego la hora de Historia del Perú con Pastor Dávila. No sabemos como obtuvo el título del maestro. Parece un auxiliar más, pues, siempre lo vemos más preocupado por la conducta de los alumnos por patios y aulas como un ave de rapiña. Sus clases consisten en coger el libro de historia, leer rumiando y explicar aquello que ha entendido. Si añadimos como característica, suya (muy suya), peculiar la debilidad de su memoria de corto plazo, sus clases se vuelven insufribles. Se ve forzado a recurrir al texto a cada instante u otras veces sólo lo lee (o pretende hacerlo). También es practicante activo del castigo corpóreo (en otra vida debió formar parte de la Inquisión). Tiene como instrumentos de tortura, una pequeña regla con hoyuelos y una vara de madera enorme. A mí me presentó a la vara grande. Cuando una vez, estando en plena clase, los rayos solares de un Sol radiante se filtraban por los huecos del techo y daban contra mi cara. La luz me obligaba a cerrar los ojos y hacer un mohín de incomodidad. A Pastor le pareció que me burlaba de él, no me dio tiempo de explicar y un varazo seco impactó contra mi cráneo. U otra vez (cuando llueve todos se mojan) se le ocurrió revisar cuadernos. Nadie llevó cuadernos aquel Lunes fatídico.Castigo general. Todos teníamos que ir al cadalso. Pero, nos confería una gracia, podíamos elegir el castigo. "Reglita" o "Caricias". El primero, Minaya, escogió "reglita". En dos ocasiones esquivó la regla, la molestia de Pastor era grande y a la tercera fue la vencida... La lanzó con tanta fuerza que aún resuenan en mis oídos el impacto de la regla contra la mano de Minaya y el "¡Ay!" que retumbó, como eco, en todos los espacios y recodos del Aula. Minaya tambaleándose y agitando la mano con fuerza se dirigió a su carpeta con algunas lágrimas en su ojos... Tocó mi turno, escogí "caricias". Con ambas manos frotó mis orejas hasta sentirlas arder como "chicharrón a la plancha" y aplicó doble palmada, como platillos, sobre mis mejillas... Así desfiló todo el salón, algunos sonreían nerviosamente y les iba peor. Todos escogían "caricias" y regresaban con las mejillas coloradas. Hasta le "cayó" a Proaño, el chico más calladito del aula, aquel que sacaba puros veintes en conducta. El timbre de recreo nos hacía huir del salón. Ir al cafetín, comer un pan con huevo o palta y observar los partidos del Mundial en la pequeña TV blanco y negro.

Después del recreo, Formación Laboral. El curso más aburrido. Los palitos, los hilos de colores no compaginaban con nuestras actitudes de hombrecitos en pleno desarrollo... Luego Educación Física. Nos quitábamos los uniformes en forma apresurada y corríamos al patio. Hacíamos calistenia y ejercicios tratando de no molestar al profe para que nos de más tiempo para la pichanguita... ¡Qué hermosos días! Días sin preocupaciones ni temores. El Mundo nos sonreía...



martes, octubre 10, 2006

Ventura, destino o azar...

Mientras que muchos, en el país, disfrutaban de un fin de semana largo, y merecido, nosotros dábamos la vuelta y media, literalmente, al almacén pues los tan esperados tres días de inventario habían llegado: Sábado, Domingo y Lunes fueron los días señalados para llevar a cabo tan dura tarea. Muchos de mis compañeros ansiaban tener entre sus manos un scanner (computadora portátil) pues era el boleto para agenciarse 50 soles por día, para los demás, simple apoyos, sólo nos corresponderían 30 soles, obvio que esta cantidad resulta bajísima que si nos hubieran pagado por un día normal de trabajo y el dominical correspondiente pero apelando a una serie de triquiñuelas la service optó por licenciarnos por tres días..., es decir, nos daban descanso no pagado por tres días y nos contrataban por tres días para el inventario ahorrando mucho dinero.

Fuimos citados para el primer día de inventario a la siete de la madrugada..., levantarme una hora antes de lo acostumbrado me resultó una verdadera tortura china. La cola para ingresar al almacén se fue acrecentando según pasaban los minutos. Tuvimos que esperar a que saliesen el personal ex-profesamente contratado para trabajar de noche, alrededor de 200 personas entre conocidos y otros nuevos, para recién entrar a las 7:30 aproximadamente. El baño donde están los casilleros estaba repleto de gente. Los casilleros estuvieron a punto de venirse abajo y yo sólo pude sacar mi polera de trabajo y esperar a que todos saliesen para poder cambiarme con calma, nunca me han gustado las multitudes ni los apretones. Fui el último en llegar a la zona de trabajo. Se formaron dos grupos la de los antiguos y la de los nuevos. Los antiguos se sentían seguros en recibir un scanner mientras que nosotros estábamos resignados a cumplir las labores de apoyo. La espera para el inicio del inventario se hacía larga y algunos para no aburrirse contaban chistes o jugaban con los teléfonos haciéndose bromas muy pesadas. La orden para ir al lugar de concentración llegó pasada las nueve. Se formaron muchos grupos llamándonos uno por uno. Los antiguos de la zona fueron llamados primero pero al recibir la hoja con las intrucciones se llevaron una mala sorpresa pues todos iban de apoyo. Todos los nuevos, entre los que me incluyo, también fuimos incluídos como apoyos a excepción de "Maranguita" que fue seleccionado como el único lector o usuario de un scanner para envidia de todos.

Mi grupo fue enviado al sótano, éramos alrededor de 50 personas de diferentes zonas y fuimos asignados a contar y verificar toda la mercadería del sótano. A mí me tocó revisar vajilla. Al viejo Silas y a mí nos tocó un pasillo con cajas apiladas muy alto. Avanzábamos muy lento por lo pesado de las cajas, a la una de la tarde apenas había avanzando la tercera parte de un lado del pasillo que tiene dos lados. Para el final del día sólo completamos un tercio más. Estaba agotado y apenas llegué a casa me fui a dormir. Para el día siguiente tenía como compañero de trabajo a Bric. Nos correspondió el mismo pasillo que el día aterior habíamos trabajado con el viejo Silas. Ahora teníamos que dejar todo listo para que el lector pasase el scanner por cada una de las cajas de las locaciones y como las cajas estaban "amarradas" teníamos que desarmar las enormes y pesadas torres hechas de cajas para volver armarlas. Había una que medía más de seis metros con cajas llenas de copas de cristal. Cuando la ví no quise subir pero a insistencia y para que no se burlase de mi temor Bric tuve que hacerlo. Tenía miedo que las cajas no soportaran mi peso y cediera pero Bric que conocía muy bien esa zona pues había trabajado en ella más de dos meses y me dijo que hasta su peso soportaban... Dicho y hecho, Bric, con más de 80 kilos de pesos, un tipo realmente muy fuerte y con la contextura de un toro, subió hasta los más alto de la torre. Yo seguí sus pasos y prontamente me acostumbré a las alturas... Nos tocó ser apoyos de Flavio, un chico altísimo y estudiante de filosofía de la Universidad de San Marcos. Flavio, tiene una manera muy particular de plantear sus preguntas que te hacen pensar en una respuesta más de dos veces, cuestiones simples que muchas veces dejamos pasar por la costumbre pero que, sin embargo, no nos hemos detenido a pensar un instante. El trabajo fue lento, delicado y muy sacrificado. Al final ya no éramos tres en el pasillo sino cinco pues vinieron en nuestra ayuda Walt y Noria quienes me fastiaban poniendo en evidencia mi frágil contextura... Cuando Flavio estaba a punto de scanear las dos últimas cajas el sistema falló... ¡Fatal! ¿Tendríamos que desmontar por segunda vez aquellas enormes torres para volverlas a armar? Teníamos que esperar unos segundos para ver si el sistema había guardado la información. Para trabajar con éstas torres de cajas teníamos que hacer una labor con el mismo criterio de las torres de Hanoi... Para suerte nuestra el sistema había guardado la información con cada una de las cajas...

El tercer día fue de total jaleo... No había mucho que hacer así es que nos dedicábamos más a conversar y bromear que a trabajar mientras esperábamos a uno de los cien lectores que scaneara la mercadería ya revisada y contada. Salimos a las cuatro de la tarde del lunes. Compré tres películas para espectar con tranquilidad: "Sueños de fuga" con Tim Robbins y Morgan Freeman, "La Naranja Mecánica" de Stanley Kubrick y pensando en mi pequeño sobrino, aficionado a los dinosaurios, Jurassic Park. Me contacté con algunas amigas a través del MSM y me dejé vencer por el sueño para reiniciar mis labores al día siguiente... Hoy, martes empieza la firma de contratos, algunos que ya firmaron estaban muy disgustados pues sólo han firmado por un mes, supongo que mañana firmaré el mío sólo espero, como todos aquí, quedarme hasta fin de año pero sólo me queda esperar lo que la ventura, el destino o el azar me tenga preparado...