domingo, setiembre 30, 2007

"tú me arrechas..."

No soy un purista del lenguaje, de vez en cuando una jerga habrá de salir de de mis labios de manera casual o deliberada, pero tampoco soy afecto al uso y abuso de la replana. Me "choca" oir el insufrible "pé" al final de cada expresión. Tenía un primo, y digo tenía porque este falleció hace ya varios años, al que le decíamos "El Loco" y que tenía como muletilla o sonsonete: "¡úta qué!" al final de cada frase como para darle mayor énfasis o importancia a lo que decía.

Cuando Valeria, mi sobrina de cinco años, dice "enantes" le lanzó una mirada desaprobotaria y ella inmediatamente enmienda lo dicho y declara: "Hace un rato..." con una sonrisa, mitad vergüenza y mitad enfado, esperando oir de mi parte una paternal zurra sobre el uso inadecuado de algunas palabras que distorsionan el lenguaje de Cervantes. Se puede entender éstos "problemillas" en una niña pero cuando se trata de una persona adulto el cariz es otro y hasta frustrante toda vez que viene arrastrando por casi toda su vida con este vicio. He oído y no pocas decir: "Haiga" en lugar de "haya" y lo repiten varias veces como restregándome bazofia en el rostro.

El idioma de Cervantes es lindo pero mucho se esfuerzan por cambiarle el rostro de manera radical como si en lugar de evolucionar involucionásemos irremediablemente.

Dicen que el uso hace a la palabra y creo que es cierto, pongo como ejemplo a la palabra "arrecho" que de tanta agua al cántaro este terminó por romperse y ser adoptado, como hijo "putativo", en el lenguaje de Cervantes y cuya acepción está referida a la lascivia o a un desenfrenado deseo carnal". Suena bien "tú me excitas..." (con voz sexi) o "eres excitante" pero decir "tú me arrechas" o "eres arrechante" suena a pedo...Muchos dirán que es lo mismo pero a la vez distinto (clara contradicción). Pero no es lo mismo, porque decirlo de la segunda manera es una flagrante grosería.

Bueno, ya estoy "cansao", "saco la vuelta", me "quito" a mi "jato" a "jatear", ojalá que "haiga" comida porque me "cago" de hambre...

martes, setiembre 25, 2007

"¡Primavera no canta...!"

En los últimos días el frío se ha acentuado como si recién hubiese empezado, de lleno, el invierno. ¡Qué paradójico!,una ironía empezar la temporada primaveral con una llovizna persistente y un frío que cala hasta los huesos.

Ayer, me sentí remal. Una molestia estomacal me acompañó casi toda la mañana y estuve a punto de retirarme temprano a casa, incluso ya tenía el permiso firmado por el super-supervisor pero haciendo de tripas el corazón y anteponiendo mis deberes sobre mis humanos achaques permanecí "incólume" hasta las cinco en punto.

Un dolor abdominal, como les dije líneas arriba, me estuvo molestando cuasi toda la mañana y minutos después del mediodía y creo que el origen podría estar en la combinación de alimentos que ingerí, hablando eufemísticamente por no decir "tragué", el domingo. Mis domingos son una calamidad..., desayuno mal, tarde o nunca, almuerzo en mi casa y en casa de mi hermana que no es precisamente una cheff en materia culinaria, salgo a pasear con mis sobrinas y compro dulces y pasteles que no creo que exista estómago humano capáz de resistirlo, tarde o temprano todo exceso o desequilibrio pasa factura. El domingo aparte del arroz con pollo preparararon en casa un picante ¡no!, un picantísimo cebiche (o ceviche) que por más que me esforcé en saborear el pescado y demás ingredientes todo se vio opacado por aquel infernal ají que destruyó mi flora y fauna estomacal. En casa de mi hermana ¡oh grandiosa coincidencia! también prepararon ceviche pero que aunque carecía de excesivo picante, el limón estaba amarguísimo como si se tratara de un ácido apenas digerible para mi paladar. Amén de los pastelillos, leches volteadas, comidas chatarras y etc...

Casi doblándome en un insufrible cólico pedí permiso a mi encargado para retirarme temprano y accedió de muy buena gana pero poco después le dije que ya no me iba, siempre he sido inseguro... Me acuerdo de mi anterior encargado cuando le dije que estaba con malestar por una inflamación a las amigdalas que me impedía desarrollar a plenitud mi función que en ese entonces requería mucho esfuerzo físico, y mi pletórico encargado que corría a preguntarme cada media hora si ya me había recuperado para volver a mi función (¡Plop!)... LLegó la tarde y ya la molestia se había "evaporado", literalmente, como se lo hice saber a Lazarito que esbozó una amplia sonrisa por mi insolente sinceridad. Eso sí, el frío era intenso en el comedor, tenía el polar cubriéndome hasta el mentón, mis manos estaban heladas como cubitos de hielo en iglú de esquimal. Mientras la Primavera no canta seguiré soportando las crudezas de este clima cada vez que un desalmado levanté la puerta para recibir a un proveedor y yo sentando estaré mirando un insulso código binario tiritando de frío...

domingo, setiembre 23, 2007

"déjà vuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu...."

(El 15 de agosto esta lapicera dentro de su pedestal se movió sola por horas... ¿Telekinesis? ¡Nó! Jodidas réplicas...)

Ayer, mi hermana comentó algo que captó toda mi atención y me dejó en medio de un arrobamiento similar al que padezco cuando experimento un déjà vu... Soy una persona incrédula, la mayor parte de las veces, incapáz de expresar emociones por temor al ridículo, obsesa a ratos y temperamental en otros. Trato de ser racional en todo lo que hago y esa misma racionalidad crea un amplio margen para la duda...

Mi hermana mayor, a pesar de sus 44 años, mantiene en sus genes la inocencia y el aspecto de una niña... Con sus grandes ojos color café y sus dientes de conejo me dijo algo que me dejó pensando instantes después de "recobrar la conciencia": "Beto tiene un amigo en el Callao que", -abriendo más y más sus ojos, dándole énfasis a sus palabras con expresión de asombro- "le dijo el mismo día del terremoto que eso pasaría y ahora le ha dicho que un terremoto de similar intensidad ocurrirá entre el 18 y 19 de octubre y cuyo epicentro será en el mar del Callao...". Calló luego como esperando una réplica de mi parte que al final nunca se dio. Siempre he sido una persona alegosa que trata de desvirtuar los puntos de vista de otros a través de argumentos más subjetivos que sólidos en una afán subconsciente por no perder una batalla por más nimia que esta sea. Mi "hermanita" sembró su "veneno" y se fue campante sin esperar una respuesta.

En mi lógica egoísta pensaba que debía tratarse de un charlatán o de alguien que la "tinkó" por pura casualidad y que ahora trata de dárselas de adivino de mal agüero, pero ¿por qué no? Igual tarde o temprano se podría producir un terremoto y debe de existir alguien con la suficiente sensibilidad como para predecir o ver las cosas del futuro. Dicen que las capacidades del cerebro son ilimitadas o en todo caso un misterio saber a ciencia cierta todo lo que es capáz de albergar y realizar. Jamás he tenido una experiencia telekinética o sobrenatural como fantasmas o esas cosas aunque no sé si un déjà vu pertenezca a este campo es. Según "la Wiki": "El término déjà vu (en francés ‘ya visto’) o paramnesia describe la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. Este término fue acuñado por el investigador psíquico francés Émile Boirac (1851-1917) en su libro L'Avenir des sciences psychiques (‘El futuro de las ciencias psíquicas’), basado en un ensayo que escribió mientras estudiaba en la Universidad de Chicago. La experiencia del déjà vu suele ir acompañada por una convincente sensación de familiaridad y también por una sensación de «sobrecogimiento», «extrañeza» o «rareza». La experiencia «previa» es con frecuencia atribuida a un sueño, aunque en algunos casos se da una firme sensación de que la experiencia «ocurrió auténticamente» en el pasado.

La experiencia de déjà vu parece ser muy común. En estudios formales, el 60% o más de la población afirma haberla experimentado al menos una vez..."

Por ejemplo, hace unos días mientras trabajaba sentí claramente que una situación que se presentó ya la había vivido antes, quedé totalmente "frikeado" y me dije "son tonterías, ¡bah!", pero esa sensación queda por más racionalismos o sentido común que aplique y me ha pasado en más de una ocasión que cuando pienso en una persona que no veo hace mucho esta aparece como llamada por encanto y yo que "bah, son tonterías mías" pero tan creíbles que me perturban. Es un hecho que la sugestión existe y la subliminación también, como la autosugestionabilidad ante un hecho que no tiene un asidero lógico, en apariencia...

Tengo una hermana que es hipondríaca, llevó un curso de enfermería básica y desde entonces la persiguen todas las enfermedades inimaginables. Por una ligera molestia es capáz de llevar a sus hijos al médico para que los examinen de pies a cabeza. Mi cuñado tuvo que ponerse fuerte pues todos sus ingresos era dilapidados en enfermedades imaginarias... Dios me libre de excesos de fe o de duda...

Lo del terremoto se puede dar porque vivimos en una zona sísmica y la mejor manera de enfrentar esta situación no es que resquemores ni psicosis sino estando preparados hoy, mañana o dentro de un quinquenio...

¿Alguna vez han vivido un déjà vu o una experiencia sobrenatural, por lo menos inexplicable? Yo, si...

martes, setiembre 18, 2007

"Esas son huevadas..."


Nuevas directivas en el almacén... A algún genio sin lámpara ni sesera se le ocurrió la absurda idea, media comunistona por cierto, de que al finalizar la jornada dejemos "nuestros" lockers vacíos y sin candado. O sea que, si alguien decide darse un baño después del trabajo va a tener que cargar con toalla, jabón y sandalias, amen de la propia ropa de trabajo: Pantalón, remera, polar, botas y demás accesorios como betún, escobilla, pasta de dientes, cepillo, desodorante, colonia, talco y demás... Para al día siguiente con la mochila rebalsando tomar cualquier casillero libre de izquierda a derecha, no les dije que la idea era media comunistona. Ya no existe la propiedad sobre los lockers y el reino del caos se cierne sobre nos. Como dice Lazarito: "Esas son huevadas...". Nota mental: Ir todos los días con el horrible uniforme encima y caminar por el arenal con las pesadas botas...

Por otro lado, esta semana empecé desarrollando una nueva función: Me siento frente a una computadora y "meto dedo" cuando una mercancia esta "Ok" (¡qué huachafo suena eso!). La tarea no es tan complicada aunque si requiere de mucha coordinación con el resto del equipo de trabajo. Parece fácil pero no lo es, toda vez que siempre surgen inesperados o problemillas que hay que resolver ipso facto. Voy a extrañar mi anterior función por un mes, que es el tiempo que voy a reemplazar a Lazarito, ducho en estas lides pero que a pesar de eso la plana mayor no dudó en darle un "leve respiro" para que se "desetrese", según ellos.

Lazarito lo ha tomado con tranquilidad aunque tiene sus encontronazos con Walt, amo y señor de la zona de revisión, que no pierde la oportunidad en dejar por bien sentada su supuesta supremacía y liderazgo sobre el resto aunque no de una manera elegante. Mientras Lazarito, experto en sistemas, iba revisada seis cajas conteniendo mercadería el resto iba sólo dos. La diferencia era obvia y así se lo hice saber al encargado. Ayer, lunes, fue un día funesto. No podía "confirmar" ningún proveedor pues la revisión era muy lenta. Terminamos la revisión por los palos y me llené de documentos por "confirmar". Hoy, la cosa fue distinta. Espero agarrar cancha o morir en el intento...

lunes, setiembre 10, 2007

"Bad Look..."


Particularmente, no me gusta tener el pelo demasiado corto ni excesivamente largo. Muy corto no, porque se me paran los cabellos como cerdas de cepillo de lavar ropa o muy largo, tampoco, porque me hace lucir desordenado con los cabellos por la frente arremolinados en un vaivén caótico y de desenfreno. Trato de, o intento por lo menos, hallar un ponderado y aceptable término medio. Dicen los entendidos en esta frívola materia que un buen corte no se nota o no cambia, en todo caso, dramáticamente tu percepción ante el resto de la gente. Dos veces me he sentido con un mal o pésimo corte encima... La primera vez cuando estudiaba en San Marcos y que por querer ahorrar unos centavos le dije a mi hermana que me cortara los cabellos pues odiaba ir a la peluquería del señor Azcarza, un anciano que desde muy niño y durante toda mi etapa escolar me había hecho un corte militar que me hacía lucir orejón. Mi hermana no quería cortármelo pero yo insistí así es que ella empezó con el proceso... Corto un poquito aquí y un poquito allá, la tijera parecía no tener mucho filo pues sentía que en lugar de cortarme el cabello me los arrancaba de raíz. Me miré al espejo y no me pareció tan malo el resultado pero al día siguiente algunos amigos bromeaban con respecto a mi corte ya que encontraban algunos huecos o desniveles en algunos sectores de mi cabeza que no tuve más remedio que ir donde el señor Ascarza e igual me estuvieron fregando en la U.


La segunda vez es ahora... Ayer, estuve por Villa el Salvador y fui a mi peluquera, una linda chicas de ampulosas formas que me corta el cabello de vez en cuando pero se encontraba ocupada con dos clientas que tenían sus cabezas cubiertas con esos gorros plásticos para fijar algún tinte o químico que se usa para el cabello. Me dijo que iba a tardar y le dije que volvería. Pero no volví y estuve buscando una peluquería. Otra de las cosas que odio es tener que esperar, así es que estuve buscando una peluquería. Para colmo de males, todos parecían haberse puesto de acuerdo para cortarse el cabello pues todas las peluquerías se encontraban llenas de gente. Caminaba con Verónica por los caminos arenosos de Villa y divisamos una peluquería vacía. Cruzamos la pista de la D y toqué la puerta. Una voz que sonó a quejido me respondió pero no pude determinar de donde provenía. Cruzamos el umbral de la puerta con Verónica y vi detrás de la puerta a una señora sentada en un sillón y cubierta de una manta quejándose del frio reinante. Le dije que quería que me arreglara el cabello, que no lo cortara chico pero ella no entendió al parecer. Prendió aquella maquinita, que yo llamó la trasquiladora mientras me decía que me iba a rebajar un poco los costados. Cortó o trasquiló el derecho cuando de pronto se produjo un corto en el fluido eléctrico. La señora salió a indagar a los vecinos si el corte era general y la respuesta fue afirmativa. No tuvo más remedio y yo menor consuelo que soportar los tijeretazos de esta quejumbrosa y campechana mujer. Cuando me di cuenta ya me había volado el cerquillo y tuve que prácticamente pararle la mano para que no siguiera con el "genocidio" de mis pobres cabellos... Todos los peluqueros, a los que he ido en vida, me peinaban hacia adelante el cerquillo y me preguntaba cuantos dedos por el encima de las cejas quería que me cortara, esta mujer no pues ya me había volado prácticamente una palma y mi frente se mostraba despejada (¡Fuck!) y la muy fresca tuvo la desfachatez de decirme que lástima que no hubiese luz para ver como había quedado mi corte. De camino a casa de mi hermana Vero trataba de decirme que no me había cortado tan mal, que parecía otro...


En el trabajo, hoy, algunos compañeros me estuvieron "jodiendo" por el nuevo look y yo que no me cansaba de maldecir a aquella abominable criatura que me había hecho sentir en lo más hondo de los avernos. Cada hora iba al baño para mojar mis cabellos para tratar de "domesticarlos", por así decirlo, pero seguía igual, corto por todos lados y con la frente despejadísima como Hermann Monster... Jesús me estuvo fregando que eso me pasaba por ahorrar unos centavos. Creo que hasta el corte al rape de Jose Antonio, el chico de la limpieza, le quedaba mucho mejor. Y a mi que no me gusta esperar no tendré otra alternativa que hacerlo hasta que doña naturaleza haga lo suyo y restablezca las cosas. Mientras tanto seguiré lidiando con las bromas de Erick y Jesús...

domingo, setiembre 09, 2007

Accidentes y "Accidentes"


Tropezarse con un zuncho, caer y hacerse daño podría considerarse como un accidente, y cierto que lo es, pero confundir un tres con un treinta sería pisar el terreno del descuido, saltando olímpicamente la barrera de la irresponsabilidad... Audrey se encontraba en el sótano cuando de manera accidental pisó un zuncho, ¿qué que es un zuncho?, pues una cuerda o plástico que sujeta varias cajas que por sus dimensiones o peso necesitan estar atadas. Se trabaja desenfrenadamente en los últimos días y es común ver regados bolsas plásticas, cajas y zunchos por doquier. Audrey, de figura esbelta y paso apresurado se enredó con estos zunchos y para mala fortuna no puedo reaccionar a tiempo y cayó de bruces fracturándose la nariz y lastimándose seriamente un brazo. Su estado es delicado pero estable. La ambulancia llegó pronto y fue retirada con extremos cuidados. José Antonio, el chico de la limpieza, corría con un balde de agua y un trapo para limpiar la sangre dejada por la pobre de Audrey.

Lo mío no fue un accidente sino un descuido en grado sumo... Terrible, mucha gente confiaba en mí y siento que los he defraudado. Cuando Vladimir me llamó para preguntarme si había consultado tal mercadería yo le dije que sí y replicó que si cabría la posibilidad de haber confundido un tres con un treinta no me quedo más que admitir que la posibilidad estaba latente. Derrotado me dirigí nuevamente a mi lugar de trabajo como alma que lleva el viento. Se me quitaron las ganas de todo, me sentía remal y aún me siento así. No creo, en definitiva, que sea un accidente sino un exceso de confianza, un sobreexceso en todo caso.

Al día siguiente me sentí inseguro en todo y cada cosa que hacía. Sentí muchas miradas sobre mi y se me caía la cara de vergüenza. Pero esas caras o miradas no eran de condena sino de lástima... Es una capítulo que no se va a olvidar, por lo pronto no tengo otra alternativa que buscar otro trabajo pues aquí no recuerdan las cosas buenas que hagas en favor de la empresa sino los errores... Espero que las heridas de Audrey cicatricen porque las mías no creo que tengan el mismo fin...