viernes, agosto 24, 2007

"Lluvia arco iris vienes y te vas mojando mis cabellos..."

"Lluvia arco iris vienes y te vas mojando mis cabellos, lluvia lluvia arco iris vienes y te vas dejando tu recuerdo..". ¡ Caray, qué manera de llover! Me acordé de una antiquísima canción de mi época de párvulo que hace alusión a las cuasi torrenciales lluvias (siempre exagerando) que han caído sobre nuestra ciudad capital en los últimos tres días. Llovió toda la noche y las pistas amanecieron anegadas y barrosas. Muchas personas fueron victimas de la marcha apresurada de un vehículo sobre un charco de agua y lodo dejando tras de sí un recuerdo más que húmedo... Esta mañana vi a una combi casi sumergida en una laguna en medio de la pista a la altura del paradero inicial del tren eléctrico. Un señor bache más agua acumulada por las recientes lluvias se convirtieron en la trampa perfecta de un confiado transportista que prefirió cruzar que evadir la zona pantanosa. La combi estaba llena de gente por lo que peso hacía posible que se desplazara hacia adelante o hacia atrás. El tráfico se interrumpió y tuve que caminar cuadras de cuadras hasta casi llegar a la Ciudad de Dios para tomar el micro que me llevaría hasta mi centro de labores.

Tuve que dar saltos, improvisar pasos de acróbata para cruzar una zona pantanosa y tomar el micro. Menos mal que iba a baja velocidad y no me salpicó nada. En el trabajo la cosa estuvo tranqui aunque la revisión del personal de seguridad para con los trabajadores fue exhaustiva, el motivo: ROBO.

Siempre cuando se descubre este tipo de cosas quienes "pagamos los platos rotos" somos nosotros. Supongo que a los de "seguridad" les caerá un café bien cargado para que no se dejen sorprender pero a veces exageran en sus modos. En el área que trabajo el contacto con los miembros de seguridad es constante por la clase de mercadería que pasa por aquí a diario. De tanto vernos las caras ya hay cierto trato amical e inevitable, cierta familiaridad aunque no hay que abusar de ella pues todos aquí tenemos funciones que cumplir y tenemos nuestros roles con seriedad sin extralimitarnos ciertamente pues tampoco somos de "palo".

Kimmie, por ejemplo, es una chica de seguridad con la que más contacto tengo. Es una chica joven pero con un genio terrible cuando la provocan pero la mayor parte del tiempo es tratable. A veces me conmueve cuando la veo dormitar parada y le pregunto si dormió mal en la noche y me responde que se acostó tarde. La veo desplazarse de un lado a otro, instruyendo a los nuevos miembros de seguridad y estando siempre atenta a todo lo que pasa alrededor. A veces la he visto enfrentarse con nuestro encargado y ha tenido que tragarse su orgullo. En general me cae rebien, me gustaría decirle tantas cosas pero me inhibo por dos cosas: por miedoso y por miedoso... En los días posteriores al sismo la he visto dentro del almacén a pesar de las réplicas, yo no podría...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por que no:)