domingo, julio 16, 2006

"Desconfianza"

La CONFIANZA es un bien sumamente apreciado como escaso resulta encontrarlo en un Mundo cuya normativa implícita parece ser la competencia, libre de cargos y culpas, por la supervivencia y en no confiar en nadie más que en uno mismo, una forma básica de egoísmo. La CONFIANZA se gana día a día, se cultiva con gran esmero y eres capaz de poner las manos al fuego por otra persona. Así supongo que sentía Lucho, mi jefe inmediato, y que vio en mí a una persona de confianza a la que trataba con gran deferencia. Trabajé con él un mes y quedó encantado con mi desempeño, como me lo hizo saber. Después, fui asignado a otra área, sin embargo cada vez que nos cruzábamos por algún pasillo del gran almacén me saludaba con un fuerte apretón de manos o con una de esas sonrisas bonachonas que me conmovían hasta lo más hondo, pues me sentía apreciado y útil.

Hace un par de semanas volví a su área junto con cinco personas más. Me sentí tranquilo porque fui acompañado de Walter, "Charapa" y Bric a quienes conozco desde hace mucho y conozco su manera de trabajar. A las otras personas no las conocía pero con el transcurrir del tiempo no me han impresionado en lo absoluto. Después llegaron cinco más pero sin la motivación necesaria para realizar un buen trabajo. Lucho nos jaló a "Charapa" y a mí a su lado para trabajar con su personal más directo, luego volvimos con los demás. Depositó mucha confianza en mí y creo que yo la traicioné al cometer un descuido terrible. El mismo Lucho fue a preguntarme dos veces si yo había hecho ese trabajo, parecía que no lo podía creer y yo le dije la verdad pero no tuve tiempo de mostrarle mis excusas a nivel personal. Se siente pésimo cuando sientes que pierdes la confianza de una persona. Me habló usando palabras muy "fuertes" como nunca antes lo había hecho y yo tuve que aceptar mi error sin darle vueltas. Me dijo que las sanciones sería severas pero a las pocas horas me dijo que había logrado solucionar el problema en los mejores términos. Sin embargo, algo se resquebrajó entre él y yo. Antes sentía su mirada cálida y su sonrisa bonachona pero ahora sentía una mirada apagada y una sonrisa mustia. Nada peor que fallarle a una persona tan amable. Mientras todos trabajaban él se acercaba donde me encontraba y me orientaba sobre el trabajo para no cometer ningún error y me pedía muy amablemente que vigilara el trabajo del resto pues no confiaba en ellos...


1 comentario:

Javicentrico dijo...

El equivocarnos
nos sirve de experiencia
para no cometer el mismo
error.

Las cosas de hecho
mejorarán
eres demasido bueno
en lo que haces.

Suerte y arriba el ánimo.

Saludos,

Javicéntrico al 100%

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