domingo, julio 02, 2006

"Gabriela"

Gabriela... Gabriela es una chica de mejillas rosas, ojos rasgados y el cabello cortito. Cuando sonríe se le forman unos hermosos hoyuelos en el centro de sus mejillas. Siempre parece estar de muy buen humor, es amabilísima, comunicativa, y al despedirse de mí siempre lo hace con aquella entrañable frase: "No te pierdas...", haciendo alusión a mis constantes faltas a clases de los últimos días. Definitivamente, hice mal en elegir esta carrera, me siento como un pez fuera del agua, totalmente ajeno a este lugar. Sólo su presencia disipa mis dudas, temores y me hace sentir menos culpable. Cada vez que aparece, como en una secuencia de telenovela, siento mi corazón a punto de salirse del pecho con cada latido a ritmo de un tambor tribal en desenfrenada orgía.

Ella, ingresó a la Escuela de Estadística pero con la clara idea de solicitar un traslado hacia la escuela de Tecnología Médica ubicada en la avenida Grau en el centro de Lima. Siempre estaba acompañada de Rossnel una chica altanera para mi apreciación personal. Gabriela, vive en las proximidades del puente Tingo María, distrito de Breña a pocos minutos de la Universidad. En la fiesta de cachimbos fue la chica más solicitada en cada una de los bailes. Estaban de moda algunas baladitas y los chicos se "peleaban" por bailar con ella. Yo me imaginaba abrazándola, sintiendo el calor de su cuerpo y el roce de sus brazos y manos sobre mis hombros. Estaba muy linda, vestía una blusita con pequeños cuadritos blancos y rojos que le sentaba muy bien y unos coquetos lazitos azules en el cabello que le daban un aire infantil. Recuerdo sus primeras palabras tras conocernos: "¿Cuántos años tienes?", me preguntó, a lo que yo respondí "acabo de cumplir 17", a lo que ella respondió: "Estás bien chibolo, pareces un escolar...". Sus amigos, cada vez que me referían a mí lo hacían como "El escolar" por mi aspecto de adolescente tierno. Sentí una presión sobre mi hombro y era la mano de Kike que me preguntaba hasta qué hora me iba a quedar. Reaccioné y pregunté la hora, eran las diez y media de la noche. Vivía lejos por lo que la fiesta de cachimbos para mí había terminado. Me retiré de la fiesta mirando a Gabriela departiendo sonrisas y palabras en medio de un enjambre de chicos.

La pesada carga académica hacia imposible encontrarla. Sólo coincidíamos en algunas clases comunes como las de letras que sólo eran dictadas los miércoles de cada semana... Al año o un poco más me enteré que se había trasladado a Tecnología Médica. Con Kike íbamos al comedor de Azángaro. Hacíamos una cola interminable en el comedor ubicado a un lado de la Facultad de San Fernando y de la Morgue de Lima para que en una charola metálica nos sirvieran el almuerzo del día. Kike me había contando que en varias ocasiones se había encontrado en el comedor con Gabriela con la que había conversado alegremente. Yo soñaba con un encuentro con ello y una vez se hizo realidad mi más anhelado deseo. Me topé con Gabriela frente a frente, pero no iba sola. Ella tenía su charola en sus manos y trás ella un chico en igual estado. La vi, me vio, pero esquivo la mirada como si no supiera quién era. El corazón se me hizo trizas, me mordí los labios en gesto de mortificación e incertidumbre y al poco rato la odié, la odié tanto, tanto pero creo que al final no valió de nada... ¿Dónde quedó la chica alegre, amable y comunicativa? ¿dónde? En mis recuerdos aún existe.


2 comentarios:

Javicentrico dijo...

Que bien escribes :-)

Escuchando: Ruido by elefante y Gonorrea

Anónimo dijo...

That's a great story. Waiting for more. »