viernes, setiembre 29, 2006

"Temblores, terremotos, incendios, bodas... ¡Qué meyo!"

Hace una semana asistí a una charla que tenía como tema central: Qué hacer en casos de siniestros. La recomendación de mis amigos, que ya habían ido a aquella charla, era que llevara una almohada pues me iba a ser de mucha falta... El subjefe de seguridad en el almacén y bombero de profesión fue quien estuvo a cargo de darnos algunos alcances en materia de seguridad, la nuestra, pues toda la mercadería, para variar, cuenta con seguro propio. Con una serie de dispositivas hechas en Power Point nos puso muy en claro que no existen zonas de seguridad dentro del almacén. El almacén es como una especie de corralón, de enorme corralón, por lo que en caso de un sismo, en grado superlativo, las paredes, como galletas soda, se vendrían abajo. La única ruta de escape se encontrarían en los boxes o puertas por donde sale la mercadería a los camiones y que da a un enorme patio interior... Enorme consuelo... Sólo espero que si, en alguna indeseada ocasión, ocurre un sismo de fuerte magnitud poder vivir para contarlo... Entre los asistentes a la charla estaba "La Pajarito", una chica delgada, trigueña, de ojos grandes y nariz en forma de piquito (¿a qué somos unos genios inventando motes?) quien supervisa el desenvolvimiento en nuestro trabajo con un cronómetro, una especie de supervisora con enorme sex appeal... Volviendo al tema, conversaba con una amiga respecto a temblores y terremotos y ella me contó que le tocó vivir el terremoto de Moquegua del año 2001 y que la sensación que sintió, cuando éste ocurrió, lejos de amilanarla, la llenó de adrenalina. Se sintió fascinada por el poder de la naturaleza, diría que casi disfrutó... Sin embargo, un paseo por la derruída ciudad la sacó de ese contexto y la llevó a la realidad, una muy dura realidad: Muchas casa en escombros y el constante ulular de las ambulancias y camiones de bomberos en clara alusión a víctimas que lamentar, se sintió entonces triste por su primera reacción... Y es precisamente este punto, la reacción de las personas en casos de temblor, en el que el subjefe de seguridad se extendió... Muchos heridos surgen en un siniestro porque no saben reaccionar o en todo caso tienen disímiles reacciones, hay gente que grita, llora o simplemente se queda petrificada. Recuerdo una vez en que en casa nos pilló un temblor de mediana magnitud. Mi hermana tenía como visita a su suegra en el tercer piso de casa. Cuando empezó el movimiento telúrico la señora se puso a llorar escandalosamente, a mi hermana le diero ganas de darle una bofetada para calmarla pues estaba asustando a los niños. Mis sobrinos son tranquilos pero sus primos demostraron no estar preparados en casos de temblor pues bajaron las escaleras a trompicones y que si uno no se tropezó o rodó las escaleras fue por puro milagro. Mi primera reacción en caso de un sismo es abrir la puerta principal de casa y quedarme parado ahí. Si tengo la visita de sobrinos menores pues entro a buscarlos aunque con un latido persistente en mi pecho. Los últimos temblores, pequeños me han cogido mejor preparado pues no me he tomado la molestia de levantarme siquiera porque sé que pronto parará...

La segunda parte de la charla estuvo abocada a cómo actuar en casos de incendio. El almacén está lleno de extintores de tres tipos en particular para diferentes tipo de fuego, hay que identificar el tipo de fuego que tenemos en ciernes para usar el extintor adecuado pues no podemos utilizar, por ejemplo, un extintor de agua cuando el fuego tiene un origen eléctrico, para ello existe el de polvo químico o de gas carbónico si no me falla la memoria... También nos puso al tanto de la compra de un extintor de 25 mil dólares para uso exclusivo del centro de cómputo, no sé a ciencia cierta cómo rayos funciona pero debe ser muy bueno por el precio y por la importante base de datos que hay que custodiar.

Campanas de bodas se escuchan en el almacén, mañana, uno de los chicos se casa y ya no tiene tiempo para arrepentirse... ¿Quién será la próxima víctima? ¿Yo señor...? Sólo confíemos, digo yo, que mañana no se produzca un temblor y veamos a un novio corriendo... Frank, ya es tarde...


1 comentario:

Marea dijo...

En case de terremoto yo salgo corriendo, mi lema es "sálvese quien pueda"...esa canción me da pena.