domingo, noviembre 05, 2006

"El Día de los Prófugos"

El día viernes 3 será conocido en adelante, en el almacén, como "El Día de los Prófugos" y ahora pasó a detallar por qué... El martes, un día antes del feriado, el segundo encargado de la zona nos comunicó que a partir del jueves nuestro horario de ingreso ya no sería a las ocho de la mañana sino a las siete, definitivamente, mis peores pesadillas habían cobrado vida ya que significaba que tendría que acostarme más temprano y levantarme antes de las cinco de la mañana para poder alistarme... Con gran pesadez, con un ojo entreabierto y el otro cerrado, me levanté la madrugada del jueves tiritando de frío, me metí en la ducha con una agüita que caía como lluvia supercaliente y al salir vi en la mesa del comedor mi taper con mi comida recién preparada, tengo que agradecer a la vida de haberme dotado de una madre tan abnegada en todo el sentido de la palabra... Mi polar plomo me cubría hasta el cuello e impedía que el viento helado de una virginal mañana me afectara, sin embargo sentía mucho frío. Tomé el bus en el paradero cercano a la discoteca Kapital y al Eco. Había muy poco gente en la calle. A la mitad del trayecto subió el jefe encargado de mi zona y estuvimos platicando un buen rato, tuve que interrumpir para ello la lectura del Señor de los Anillos (I La Comunidad del Anillo) y hablar de entre otras cosas del ralo sueldo que recibimos, le expresé mi desconsuelo por la frialdad del trato empresarial con los trabajadores y también por no haber aprovechado tantas oportunidades que se me había presentado en la vida como no concluir mis estudios universitarios... En la zona había poco trabajo y estuvimos buena parte de la mañana y tarde descargando containers llenos de calzado y ropa. En la tarde apoyamos a etiquetar el calzado y nos retiramos a las cinco en punto.

El viernes, con el cuerpo adolorido acudí a trabajar. Nos esperaba un día de trabajo arduo y duro pues llegaban containers repletos de bicicletas de gimnasio y televisores de 29´´. Yo sólo estuve en descarga hasta las 9 porque el jefe me llamó a la zona. En la zona sólo estábamos unos cuántos mientras que el resto padecía las de Caín al descargar los pesados televisores. Terminamos el trabajo en la zona antes del mediodía y volvimos a descarga hasta la una. Tenía que descargar un container con zapatillas que olían terrible pues había sido fumigado recientemente. En el armario había mascarillas, nuestro grupo era de cuatro y tres de ellos se había ido a lavar las mascarillas para poder usarlas pues estaban llenas de polvo. Cuando yo cogía la mía el encargado me envío a otra zona y eso fue tomado como "traición" por mis amigos pues mientras el resto se encontraba en plena faena de descarga yo estaba haciendo tareas menos pesadas que no ponían en evidencia mi escasa fortaleza física para tan onerosos menesteres. El loquito Erick me estuvo fregando todo el día con que yo me hacía la "pichi" cada vez que veía un container y me escapaba, eso no es cierto, supongo que el lunes cuando lleguen siete containers más de trescientos televisores cada uno me veré levantando más de uno... Lucho, el encargado de la zona que me habían mandado apoyar me mandó a almorzar a las 1:30. Al resto de compañeros los vi pasadas las dos arrastrando, prácticamente, sus maltratados cuerpos por la ardua faena. Todos me miraban mal y bromeaban con que me había huído del trabajo duro. En la tarde, después de almorzar, seguí apoyando a Lucho, esta vez estaba acompañado por cinco compañeros y el resto había ido a hacer control de calidad al enorme número de calzado que ellos mismos habían descargado. La tarea que se asignó a mi grupo era cambiar gancho a 800 prendas de baño de dos piezas. Una tarea que nos llevaría de hecho varias horas. En más de una ocasión Lucho nos rogó que lo apoyásemos con esa mercadería hasta las ocho de la noche. Tuvimos que llevar la mercadería a otra zona, almacenarla y luego iniciar el recambio de ganchos. Siendo cinco para las ocho, habiendo cambiado el 75% de ganchos regresamos a la zona. No vimos a nuestros compañeros. Vimos el cuaderno donde firmamos la hora de salida y la mayoría se había retirado a las seis y cuarto. Un encargado de zona, amigo nuestro nos comunicó que uno de los jefes estaba molesto pues los chicos de nuestra zona se habían "fugado" y que nosotros, por nuestro bien, deberíamos acercarnos a conversar con él para explicarle que estábamos apoyando en otra zona y para que no nos incluyera en la lista negra. Ya había enviado un mail quejándose con el supervisor general que es un tipo cascarrabias y a la menor muestra de indisciplina, error o capricho era capaz de echar gente.

Al día siguiente, sábado, todo el almacén, que es enorme, ya sabía de "la gran fuga". "Los fugitivos", mis compañeros se defendieron aduciendo que había ocurrido un problema de descoordinación pues no se le había informado sobre la hora de salida, otros decían que estaban agotados por la descarga y que nadie de la zona a la que había oído a apoyar les dijo que no fueran... Yo también estuve presente en la reunión pero Lucho me sacó de ella para que acabara de cambiar los ganchos de las prendas de baño. Regresé a mi zona a las 9 de la mañana. Era otro día de descargas pesadas pero yo no fui asignado a ninguna de ella y me quedé trabajando en la zona haciendo control de calidad. Para todos éramos "los prófugos" o "los fugitivos". Ese sábado fuimos los últimos en salir...


2 comentarios:

NICO dijo...

Siempre seremos profugos... Buena la cancion tio, Grax por el dato

Anónimo dijo...

Alonso,
No seas profugo... o mejor dicho transfuga...jejeje