En las dos últimas semanas se han presentado muchos cambios en mi vida laboral, no sé si para bien o para mal... No reniego de la función de la que ahora me ocupo, pero, siempre hay un pero, hay demasiada responsabilidad de por medio, demasiado protocolo y demasiada hipocresía, y como nadie nace sabiendo o caminando me queda mucho por gatear hasta empezar andar del todo, sólo espero que ni el tiempo ni la hipocresía me gane. Los primeros días estuve totalmente perdido, me sentía un tonto inútil respondiendo las llamadas telefónicas con preguntas que no podía responder sin llamar a "Cachorro" o a Vladimir. Ahora ya puedo articular alguna respuesta coherente teniendo cuidado de no comprometerme con mis respuestas pues aquí se aplica la ley de "todo lo que digas puede ser usado en tu contra". Todos se lavan la manos como Pilatos después de comer pollito con papas... Aunque todavía me siento perdido cuando Lizzy me acribilla con alguna pregunta técnica y yo tratando de hallar alguna respuesta en mi blanquecina mente... Ya me estoy ubicando menos mal. En la reunión de esta tarde Vladimir mencionó mi nombre varias veces, obvio que para recalcar mis funciones y por ende mis responsabilidades ante los demás, espero que me vean como un amigo... Que me encargue de la asistencia, de las horas compensadas, de proporcionar herramientas de trabajo a los operarios, de mandar mails a todos y por todo y por supuesto a mi principal función, que en un principio pensé que sería la única, la de dar la confirmación cuando una mercadería está "Ok", palabreja que me resulta chocante y que se refiere a que esta está conforme en número y con el sistema informático.
También se han presentado ya varios problemillas, la mayoría resultos a la buena o a la mala y otros que aún están pendientes como aquel de la cámara digital que jamás llegó a su destino o de la devolución de una mercadería entera a su proveedor por que éste envió mal su información y nosotros no cumplimos con dar parte al super-supervisor que estalló hecho un pichín. Estar cerca del teléfono no me da ningún tipo de ventaja porque aparte que suena cada dos por dos, me ha servido para darme cuenta de la hipocresía de las personas que juegan a estar bien con todos y a la vez clavarles el puñal en la espalda pero usando otra mano.
El super-supervisor se ha puesto ahora más pesado, está "marcando" al milímetro, parece que a fin de mes van a caer muchas cabezas. A fin de cuentas y a decir de su propia boca: "aquí nadie es imprescindible", sino que los digan aquellas personas que estando a un mes de llegar a los cinco años trabajando en esta empresa han sido desembarcados para no tener que mantenerlos como trabajadores con contrato indefinido, he sido testigo de lágrimas y maledicencias...
Lo bueno de un día sin problemas es llegar a casa y escuchar una aria de Flórez, leer algo de noticias en la red o contactarme con entrañables personas como Juanita y Ramiro, dos amigos de la Universidad, la primera radicando desde hace varios años en los Estados Unidos y el segundo a punto de casarse y emigrar a Brasil a una luna de miel eterna. Conversar con ellos me llevo a la nostalgia... Entonces, no son del todo buenos mis días...
1 comentario:
Siempre es un gusto saber
de ti Alonso
me gusta mucho
la manera como escribes
y aprovecho
para ver como te va.
Hubo ascenso!
Que bien
imaginate que perdida
de tiempo
tener un operario
tan inteligente ...
Suerte y me avisas
si en algo te puedo ayudar!
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