lunes, setiembre 04, 2006

"El Loquito"

El "loquito" Erick inauguró hace un par de semanas un restaurant en San Juan de Miraflores a inmediaciones del colegio Naciones Unidas, le prometí ir pero hasta ahora no he podido cumplir y me tiene mañana y tarde con que soy una "falla", hasta se ha comprometido a no cobrarme con tal de que vaya a su nuevo local. El "Loquito" tiene un sentido del humor muy particular y me hace la "vida imposible" cada vez que me ve pasar o coincidimos en algún punto del almacén. Se me queda mirando muy serio, cualquiera podría creer que lo está pero es parte de su juego, hasta que yo rompo en sonrisas o cuando pasa por mi lado me codea y me dice entre dientes "¡Te voy a matar...! ¡Te voy a sacar la mieeeerda!", sobreactuado, pero de muy buena onda.

Al "Loquito" lo conozco desde febrero de este año cuando ingresé a trabajar en un campaña más para éste almacén. Siempre se mostraba dinámico, hábil para manejar un grupo, me dio clases de manejo del scanner con una varilla en la mano por si no entendía... Es un sinvergüenza total y sólo se opaca con un par de jefes-encargados pero con la mayoría se juega hasta altos niveles de confianza. Tiene el cabello ondulado y claro, por lo que le llamo cucaracha, y unos ojos de poseso que van a la par de su hiperactivez. Es imposible verlo sin hacer nada, se mueve por todo el almacén con total soltura y sabe encontrar trabajo donde aparentemente no lo hay.

Desde que inauguró su local anda invitando a medio mundo para que vayan a visitarlo y cuando se enteró de que yo vivo a pocas cuadras pues me agarró de "punto" para sus invitaciones "sui genéris". Tiene un sentido de conservación muy activo pues trata de no cometer errores pero no puede evitarlos después de todo ganándose la reprimenda de nuestro jefe encargado, sólo en esos momentos lo veo temeroso, la mayoría de veces está con el ánimo de un gato techero totalmente a sus anchas.

Esta tarde mientras trabajamos en otra zona uno de los chicos que fue a su local nos contó una anécdota que me pareció muy graciosa. Sentados bajo la atenta mirada de Erick que se esmeraba por dar el mejor servicio a sus amigos de trabajo en su flamante local estallaron las anécdotas cada cual más graciosa que la otra y sobre todo cuando una de ellas involucraba a nuestro jefe encargado. J., nuestro jefe encargado es un tipo que no tiene reparos en empinar el codo con sus empleados a la menor oportunidad y en una de ellas, por el exceso de trago, se quedó profundamente dormido. Entre los sobrevivientes de esa "orgía vikinga" decidieron jugarle una broma pesada. ¿Cortarle el cabello al rape? NOOO... Cortarle el vello de sus genitales. Se proveyeron de una máquina de afeitar y con la habilidad del "barbero de Sevilla" lo dejaron totalmente llano. Varias horas después, cuando estaba haciendo el amor con su mujer y cuando ésta se quejó de que algo le hincaba él se percató de la pérdida inesperada de "cabello". Al día siguiente estuvo preguntando entre sus empleados quién había sido el gracioso... Los chicos en el restaurant se rieron tanto de la desgracia de J. que ya les dolían las mandíbulas de tanto risa desenfrenada...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

me has hecho recordar mis bueno años en Lima donde no hay nada mejor que una buenas heladas y la pura joda de recordar las buenas anecdotas
Saludos

Javicentrico dijo...

JO JO JO
Que buena
ese pata si que estaba
borracho hasta las
patas!!!

Bien Bien

Escuchando: De Carton Piedra by Joan Manuel Serrat