No fue la mejor Navidad de todas las que me ha tocado vivir pero no puedo negar que aquel manto de ilusión que se cierne, por estas fechas, sobre los más pequeños se mantiene intacto. Los adultos podemos quejarnos de muchas cosas, de tener "x" cantidad de problemas pero no debemos involucrar en ellos a los más pequeños... El sentido de la Navidad no se encuentra en los regalos pero explíquenle eso a un niño que los espera tanto como si se tratase de su propio cumpleaños. Hace más de dos mil años nació un niño en las condiciones más humildes que puedan imaginarse y sin embargo, hoy, su mensaje de amor y enseñanzas morales es recogido por millones de personas de las sociedades más disímiles aunque adecuándolos a su propia idiosincracia y, ¿por qué no?, conveniencia... Por más cristianos que nos consideremos y por más golpes de pecho que solamos darnos en una iglesia no somos consecuentes con el mensaje cristiano, no somos cristianos en el sentido estricto de la palabra pues persisten comportamientos egoístas e hipócritas que se condicen con la conducta de un "verdadero cristiano": Hacemos el mal sin mirar a quien... Pero no es el caso recordar ahora comportamientos ingratos sino destacar los buenos ejemplos y las mejores acciones. Un gran saludo por estas fiestas a todas las personas en cuyos corazones el sentido de la Navidad vive todo el año... Cuando pienso en la Navidad me vienen a la mente sonrisas infantiles y ojitos ilusionados cada vez que un regalo es abierto...
Vero, Kari, Vale, mis tres hermosas sobrinas, son mi mejor regalo de Navidad... ¡Feliz Navidad lindas!
(La canción favorita de Vero: "Do-re-mi", The sound of music, 1965)
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