viernes, enero 25, 2008

¡Chicas! ¡OMG...!


Parece que de un tiempo a esta parte todo cambió en la empresa... ¡¡¡Todo se puso patas arriba!!! Resultaba un pecado mortal, con riesgo de excomunión ipso facto por parte del sumo "p(r)elado", saludar o despedirse de beso en la mejilla con alguna visitante. Recuerdo a Robert besando en la mejilla a la guapa Mery y al encargado de turno convertido en un pichín por su "osadía"...

Ver a una mujer en el almacén era tan frecuente como ver al cometa Halley... Hace un par de meses que un tropel de chicas de rojo ingresaron a trabajar en el almacén, primero, lejos de nosotros, separadas como las escogidas en un templo (¿Acllahuasi"?) y ahora codo a codo... Creo que la mayoría de chicos lo tomó bien pero todo tiene sus bemoles. No quiero que mi comentario sea tomado como sexista o machista pero es mi apreciación directa: Las mujeres conversan demasiado y nos envuelven dentro de sus conversaciones muchas veces banales. Como descargo de esto diré que no son todas y hay muchas que son eficientes en su trabajo como mi amiga Cris, todo un ejemplo, que puede sonreir un micro-instante sin descuidar para nada su trabajo.

Hemos tenido muchas reuniones en donde se sugería que tuviésemos cuidado con nuestro trabajo, que estemos concentrados pero cuando llegaron las chicas todas las charlas al respecto se fueron al tacho. Cualquier día nos va a caer una llamada de atención y espero que no sea por un error o descuido cometido por conversar. Hay chicas simpáticas, cierto, jóvenes, llenas de vida, e incluso soy amigo de varias de ellas con las que converso fuera del trabajo o en el comedor. Creo que hacerlo dentro es un riesgo y más aún en nuestra zona que es super-difícil. Hoy fue un día duro y prácticamente estuvimos todo el día con ellas y creo que jamás pararon de hablar por más que un día antes les rogué que no lo hicieran. Sólo trabajan silenciosamente cuando hay una encargado u otro responsable presente... La opinión del Cachorro fue cortante: "Eso parece un puterío, tienes que ir a marcar a la gente...".

Hasta ahora este experimento funciona, sólo hay que afinar el tema de la concentración en el trabajo para evitar posible problemas... Mas vale prevenir que... ciento volando...

martes, enero 22, 2008

"Algo huele mal en Dinamarca..."

Tenemos un gran grupo de trabajo pero últimamente se está partiendo por obra y gracia del encargado interino. Lo ha colocado entre ceja y ceja a Roi y a otros más, indisponiéndolos. Lo último que ha hecho no tiene nombre, ha colocado como aprendiz del cargo de mayor responsabilidad de la zona a un chico nuevo que ignora manejos y procedimientos, y que a la larga puede resultar contraproducente pues este muchacho aunque tiene buena predisposición es bisoño en estas lides pues no ha quemado etapas como otros que muy bien podrían estar a la altura del puesto. No le gustó nadita al Cachorro este cambio pues huele una movida que lo involucra a él y a mi mismo...

La cosas está clarísima, no es que quieran aligerar nuestra carga laboral sino ir preparando a otro para que tome nuestro puesto a fin de mes en que vencen los contratos. Nadie es indispensable, dicen... Menuda forma de motivar al personal. Yo no he avanzado mucho en el tema de los cuadros estadísticos que maneja El Cachorro y a este paso mi conocimiento va a ser deficiente y van dejar en claro mis falencias. Al Cachorro lo acusan de estar mucho tiempo sentado pero ignoran que ese puesto no admite otro modo de trabajo a no ser que trabaje sin silla... Ya se me está colmando la paciencia y mis ganas de seguir trabajando aquí disminuyen. Y como ya dije no les voy dar el gusto que me echen...

Pero todo parece juntarse, confabularse, para poner en tela de juicio nuestro trabajo. Hasta personas que aprecio mucho pero de manera inintencional han atizado la hoguera que parece haberse instalado en nuestra área. No los culpo pero me causa desazón...

No sé que esperar para mañana, quizás ir preparando un nuevo rumbo porque aquí mi ciclo parece a punto de cerrarse.

domingo, enero 20, 2008

Yo te amo... yo tampoco...


Anoche salí con Charito, hablamos horas de horas, y me dedicó esta canción:

Tengo que confesar que a veces
No me gusta tu forma de ser
luego te me desapareces y no entiendo muy bien por qué
no dices nada romántico cuando llega el atardecer te pones de un humor extraño con cada luna llena al mes.
Pero a a todo lo demás le gana lo bueno que me das sólo tenerte cerca siento que vuelvo a empezar.

CORO:
Yo te quiero con limón y sal, yo te quiero tal y como estás,
no hace falta cambiarte nada,
yo te quiero si vienes o si vas,
si subes y bajas y
no estás seguro de lo que sientes.
Tengo que confesarte ahora
nunca creí en la felicidad
a veces algo se le parece, pero
es pura casualidad.
Luego me vengo a encontrar con tus ojos y me dan algo más
solo tenerte cerca siento
que vuelvo a empezar.

CORO
Solo tenerte cerca
siento que vuelvo a empezar....


... Y la verdad es que yo me comporto así... Creo que perdí el romanticisimo hace mucho y no exteriorizo lo que siento. Suelo ser reservado y evado responder sus preguntas... "¿Me amas?" y yo que sonrío tristemente y miro al Cielo... No lo sé... Y a veces creo que no, que me gusta estar con ella pero que nunca podré amarla y por ello los detalles románticos no se manifiestan de manera inconsciente ni consciente. Es agradable, toda una dama, pero no estoy seguro de lo que siento... Problemas...

viernes, enero 18, 2008

"Como un pescado... en la sartén"


Ahora sé lo que siente un pescado frito... Con el rey Sol no se juega y prueba de eso son mis piernas al rojo vivo después de retar al astro Rey en un no calculado día de playa.

Olvidé el bloqueador en casa y no sé me pasó por la cabeza que podía comprar allí mismo un bloqueador, ¡qué necedad!

Me recomendaron mucha cosas para combatir el ardor pero ninguna ha logrado disminuirlo un ápice, es más hasta parece que estuviese atizando un inclemente fuego en mis piernas. Lo de mis brazos es manejable pero lo de mis piernas es insufrible.

No sé por qué rayos se me dio por ir ese día a la playa (¿quizás las chicas?). Yo prometí no ir a la playa en mi vida por dos razones:

1) No soporto el Sol actuando directa o indirectamente sobre mi.
2) La arenilla marina apoderándose e instalándose de partes privadas y públicas... Hablo de mi espalda y de aquella parte donde ésta cambia de nombre y otras que no menciono porque esta página es apta para todo público... Nadie la lee.

Creo que por haber faltado a mi promesa estoy pagando las consecuencias. Me gusta el sonido del mar... pero un equipo de sonido y ver especies marinas en la tele o en el fondo de mi plato...

Mi rostro está enrojecido y ya empieza a descascararse. Es la última vez que voy con chicas a la playa, la próxima vez las llevaré a otra parte... No sean mal pensados ¡éh!, hablo de cine, pasear o sentarnos a vernos las caras...


¡No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia...!

martes, enero 15, 2008

"La profesora de canto... y encanto"

Dedicado a Kat, por lo que eres y lo que sientes...

La primera vez que notamos su presencia nuestros corazoncitos latieron a mas de cien, retuvimos la respiración por mucho tiempo hasta convertirnos en pequeñas criaturitas azules (similares a los pitufos). La Profesora de Canto era un encanto. Su nombre Abdela. El salón de clases se inundó y rebalsó en suspiros y caras estúpidas "al por mayor".

Todos, se disputaban la gracia de capturar, aunque sea, por un instante la atención de la maestra. Ella era muy bonita, jovial, desenvuelta, dueña de un ángel y carisma únicos. Se robaba el corazón de todos (de los grandes y de los chiquitos). Hasta el profesor de Historia (tremendo viejo verde) se desvivía en atenciones y gentilezas para con la joven y bella damisela. La señorita Abdela debería de estar frisando los veinte y poco años.

Nuestras miradas, la buscaban en aulas, pasillos y hasta en la misma dirección (lugar inexpugnable y de acceso restringido a los alumnos). Muchas veces la vimos rodeada de los maestros (viejos, panzones) que se mostraban, en esos momentos, nerviosos y sonrojados ante el encanto y frescura de la agradabilísima Profesora de Canto.

Se mostraba muy apasionada a la hora de dictar su curso. Nos introdujo en el mundo de los pentagramas, redondas, negras, corcheas y semicorcheas... Su boquita perfecta, a la hora de emitir una siempre esperada nota de Sol o un Do de pecho, nos llevaba a las nubes y cerrábamos nuestras boquitas en forma de piquito esperando un beso etéreo...

También tenía su carácter. Gracia, encanto, no es sinónimo de tontita. Si notaba una desatención o indisciplina en alguno de sus pupilos inmediatamente ponía en vereda al descarriado. Una mañana, tuvo toda la hora de clases parando y mirando a la pared al descarriado "Chipy" Minaya...

Fuera del horario de clases y dentro de ellas (las que más disfrutábamos al perder alguna clase aburrida), organizaba salidas y visitas a iglesias, teatros, museos y otros lugares de interés. Con la mayoría de maestros los "paseítos" eran un total descalabro pero con la señorita Abdela nos comportábamos como perfectos caballeros... Visitamos, una vez, las Catacumbas en el centro. A ratos jugábamos a las escondidas y "golpe avisa" pero suspendíamos esos juegos y adoptábamos el acartonamiento y conservadurismo intemporales ante sus expresivos y hermosos ojos color miel... Sin embargo, el "Chipy" Minaya no podía con su genio y entre sus ropas saco el fémur de un antepasado nuestro, el cual tiró en plena pista para que los autos y buses pasaran por encima...

Todos aprobamos su curso y como prueba final tuvimos que cantar el Himno Nacional en la ceremonia de clausura del año escolar. Lo habíamos ensayado cientos de veces pero a la hora de la verdad nos invadió el pánico escénico. Unos cantaban a ritmo de vals otros de Rock... Perdimos el compás, nos enredamos en el pentagrama musical, tropezamos con las corcheas, redondas, negras y semicorcheas, y caímos en el pozo de la vergüenza. Éramos un chiste. Todos se reían de nosotros. Los profesores a pesar de lo solemne de la ceremonia tampoco pudieron contener y dejaron escapar alguna risilla risueña. Nosotros colorados como tomates nos mantuvimos firmes tratando de mantener la compostura. La Profesora trataba de calmarnos... Los asistentes a la ceremonia se desternillaban en risas y comentarios. El alumnado en general hacía leña del árbol caído... Acabada nuestra intervención nos dirigimos a nuestras ubicaciones en el patio de formación, desplazándonos lerdamente como si nos hubiesen apaleado...Pasado el tiempo de vergüenza y burlas nos despedimos hasta el próximo año de maestros y demás compañeros... Algunos lograron robarle un beso a la maestra y se sentían en las nubes.

Una llamada de alerta general nos convocó a un pequeño conciliábulo. La noticia traería cola: La señorita Fonseca (Abdela) se casa... "El Pato" lo vió en el pizarrín de la dirección. Clavado con un par de alfileres estaba el parte matrimonial. Todos nos quedamos helados y "tristones". Una diatermia severa no nos vendría mal. Sentimos el ruido de decenas de corazoncitos rompiéndose como frágiles hojas de cristal ("triz"). Dándonos el pésame respectivo, deshechamos los planes de casarnos con la profesora después de acabar el colegio.


Javier Alonso

"Festina lente..."


Terminé con Charito... Creo que ha sido la relación más corta que he sostenido. En estos momentos no me siento muy bien. Una serie de sentimientos encontrados se aglomeran en mi cabeza. Por una parte siento que no se podía forzar una relación, éramos tan distintos y creo que por más esfuerzo que pusiera el derrotero iba a ser siempre el mismo... Por otro lado, me siento más sólo que nunca, ayer no quería conversar con nadie y me aparté de todos a la hora de comer, estaba ido como un alma en pena; después, me acerqué donde mis amigos pero no participé en la conversación, creo que escuchaba todo como si fuera un ruido pero no oía, no percibía, idea alguna...

Me parece que tiene razón Pablito, soy muy exigente a la hora de buscar una relación: "La mujer perfecta no existe...", me dijo. Soy exigente cierto, lo reconozco pero tampoco puedo traicionarme a mi mismo estando con una persona bella por fuera pero que por dentro muestre vacíos o carencias. Si, soy muy exigente y creo que hasta peco de egoísta cuando digo que la mujer que me acompañe toda la vida tiene que ser sensible e inteligente... Tierna, afectuosa, tolerante, que sea capaz de leer en mis ojos sin que yo tenga que decirle nada y viceversa... Culta, sencilla... Y que al final me ame, sólo eso. Que confíe en mi y en mis palabras... (So sad).

domingo, enero 13, 2008

"Un amor sin definición..."

No puedo opinar sobre un sentimiento que creo nunca he sentido... Charito me preguntó que sentía por ella, cómo podría definir "nuestra" relación y la verdad es que tuve que emplear mis formas más sutiles para no dar una respuesta concreta. No quiero herirla pero siento que lo hago... Me atrae, mas siento que no la amo y que nunca podré hacerlo. He tratado de "sintonizar" con ella pero los puentes de comunicación son deleznables. Ella no entiende mis ideas y yo me esfuerzo en entenderla. Me trata como si fuera un niño y más que querer un novio parece que quiere un hijo. A veces la siento super-maternal dándome consejos, yo los tomo a bien, hasta se los agradezco pero siento que se excede tratando de parametrarme. Quiere que me defina, pero definir es limitar y yo quiero mi espacio.

Nos volvimos a encontrar después de cuatro años y pienso que lo que nunca funcionó, por más ganas que se le eche, nunca va a funcionar. Pasamos momentos lindos e inolvidables pero no creo que tengan el peso suficiente para entablar algo serio. La prefiero mil veces como amiga.

Me contó de su último romance y como este terminó de manera abrupta cuando él trato de invadir su espacio. Yo jamás invadiría el suyo pero siento que sí lo hace conmigo. Se mostró harto cariñosa, sensualísima como de costumbre, tuvimos un encuentro apasionado pero no es suficiente, creo que el amor va más allá, no puede ser tan limitado. Me niego a creer eso. Sus gustos no son nada parecidos a los míos y no creo que se pueda hablar de complementos cuando parecemos dos conjuntos disjuntos.

Yo busco alguien que me ame, que sea retierna conmigo. Que no me pida cada cinco minutos que defina lo que siento por ella... Que confíe en mi, que no me haga sentir culpable. Que sea transparente, que no guarde un as bajo la manga. Que no me agreda, que no me acose, que me deje libertad para actuar y sentir. Que me acompañe cuando me sienta solo o me deje solo cuando quiera estarlo... A cambio yo le ofrezco todo lo que soy, virtudes, defectos y un amor sin definición, un amor que iremos descubriendo sin prisas ni presiones...

jueves, enero 10, 2008

"Intento de seducción... Exitoso"

Tenía 10 años. Cursaba el último año de primaria. Me habían nombrado policía escolar y la verdad... lo odiaba. Tenía que poner orden en la formación y no era precisamente un chico de carácter. Los demás, lo ponían en evidencia, haciendo mofa de mis órdenes (súplicas) o simplemente, me ignoraban. También, en mi sección, habían nombrado como policía a Eduardo ("Fosforito"), moreno de cabellos lacios. El, era hiperactivo, escandaloso, chismoso y ante ello, todos iban a formar para no sufrir más de sus gritos o aspavientos.

La sección del 6to. "A" era de las más tranquilas... Pero al irse la maestra, dejando la clase en suspenso, estallaba la algarabía y el desenfreno. "Fosforito" se multiplicaba, ordenaba a todo el mundo que se callara. Nadie le hacía caso. Amenazaba con hacer una lista de nombres y entregársela a la profesora. Me ordenaba a mí escribirla...Todos eran mis amigos y amigas. Salí del salón a respirar tranquilidad. En los demás salones el ruidos, los gritos eran iguales. Cada vez que había una reunión de maestras el recreo entraba en los salones.

La auxiliar (la nueva) iba de un salón a otro poniendo orden y tan pronto salía el silencio desaparecía. Yo,bajaba las viejas escaleras, me gustaba deslizar mi mano por la baranda... La auxiliar al verme me llamó y me dijo que fuera a buscar a las policías escolares de 6to. "B". Regresé sobre mis pasos. Crucé el frente de mi aula, torcí a la derecha y al fondo. Y allí estaba la sección de 6to. "B". A comparación del resto, aquí sólo se oían cuchicheos y ruidos de hojas... Abrí la puerta y el rostro de espanto se dibujó en la cara de muchos... La profesora los había dejado en pleno examen y ellos aprovechaban para "consultar" sus libros y apuntes... Las policías escolares también... Las llamé y les dijé que la auxiliar quería verlas. Salieron y cerraron la puerta. Y se volvieron a escuchar los cuchicheos...

Ambas se pararon frente a mis ojos. El pasillo estaba desierto. Me sentí devorada por dos pares de ojos. De pálido pasé a colorado. Paty, rubia, delgada, de piernas largas y delgadas, ojos celestes como el cielo y en actitud fresca, atrevida. Mónica, alta, cachetona y al sonreir se le formaban unos hoyuelos, como en aquel instante. Comenzaron a girar alrededor mío y yo turbado, totalmente azorado, a punto de hacerme la pis... La auxiliar llegó al rescate. Venía subiendo las escaleras con premura y al vernos nos llamó y señalo que nos dirigieramos al primer piso. Allí, nos asignó mantener el orden y disciplina en secciones de 4to. y 5to. La sección que me tocó era de las más tranquilas. No había mucho que hacer y salí a caminar. En la oficina de la auxiliar no había nadie. Ella también había ido a la reunión.

Entré en le oficina y todo estaba muy ordenado. Me acordé de mis momentos pasados en ese lugar y sonreí. No sé por cuánto tiempo... El golpe de la puerta al cerrarse, me hizo reaccionar, y dos niñas (Paty y Mónica) acercándose como femme fatales. Y yo retrocediendo.. Rozando, con las manos en la espalda el borde del escritorio (mis dedos resbalaron un par de veces). Huyendo de sus miradas. Colorado y ardiendo. Se acabó el camino. No había más espacio entre mi espalda y el muro. Acorralado. No había escapatoria posible. Las manitas de Paty y Mónica recorrían mi cabeza, cara, cuello y hombros... Disfrutaban de mi incomodidad. Paty totalmente deshinibida se me paró al frente. Intentó besarme. Le rehuí. La esquivaba. Cerraba los ojos y labios con fuerza. Intenté escapar y di contra los pechos de Mónica (bastante desarrolladita la niña). Quise pedirle "perdón" pero mi sorpresa fue enorme. Mi curiosidad mayor. Dejé la boca entreabierta y Mónica me besó. Con mucha suavidad y delicadeza. Un hilito nos unía y apresuré en apartarlo con el revés de la mano. Sentí una sensación extraña, nueva, agradable. Un escalofrío recorría mi espalda. Paty, se acercó y también me besó. Su beso fue algo torpe, como un impacto de dos cuerpos a velocidad. Luego se corrigió ladeó su cara y me besó... Y yo la besé. Me volví en participante activo en una ronda interminable de besos, de besos tiernos sin una pizca de malicia. Cerraba los ojos al besar y ellas igual... Se escuchó ruido afuera y nos apresuramos en salir. En la puerta nos topamos con los ojos de la auxiliar. Digo los ojos porque es lo que más recuerdo: Enormes y fuera de su órbita. No nos preguntó que estábamos haciendo. Nos ordenó regresar a nuestras respectivas aulas, pues la reunión de maestras había concluido.

La auxiliar me quería mucho y lo demostraba. Yo me sentía bien. Figúrense que a finales de año, en la entrega de diplomas (me llevé los primeros lugares en conducta y aprovechamiento), se creó una nueva categoría: "Mejor Policía Escolar" y adivinen ¿quién lo ganó?. Paty y Mónica aplaudían, daban brinquitos, levantaban los brazos en señal de triunfo y le hacían mofa a "Fosforito". Yo, sonreía, rojo como un tomate.

Javier Alonso

martes, enero 08, 2008

"Tú también puedes hacerlo pequeñín..."

Estoy ansioso por ver en la pantalla grande "El amor en los tiempos del cólera", basada en el libro de uno de mis escritores favoritos, ¿quién?, pues el Gabo... Ese libro lo leí cuando cuando tenía 17 años y me costó un ojo de la cara. Lo compré en una librería que se encontraba en las inmediaciones de la plaza San Martín, en el centro de Lima. Caminaba por esas calles cuando volvía de mis clases en la Universidad de San Marcos antes de enrumbar al paradero y abordar el Enatru número 5.

Creo que entre los 15 y 20 años fue mi mejor etapa, la más fructífera, en cuanto a lectura se refiere, leí a varios autores, y obvio que el Gabo era uno de mis favoritos. Me enganché con "Cien años de Soledad", creo que lo leí en dos días, y cinco o seis veces más después. Me fascinaron sus cuentos. Increíble el realismo mágico impreso en cada uno de sus libros que daban rienda suelta a mi imaginación y que me transportaban a un entrañable Macondo y a otros parajes de ensueño.

Añoro esa etapa cuando encerrado en mi habitación leía de pe a pa cualquier libro que llegara a mis manos, con una avidez única nada comparable a cualquier otra cosa experimentada hasta entonces en mi corta vida. Creo que siempre he sido el tipo más insocial del Mundo. Prefería la compañía de un libro que de un ser humano...

Me encanta ver a mi sobrino leer libros y llevar una vida social como cualquier otro chico de su edad. En eso creo que me lleva una enorme ventaja. De vez en cuando solemos intercambiar ideas sobre un libro léido. Kev, tiene quince años pero tiene en su haber muchos libros que yo nunca había leído, obvio de que se trata de autores recientes. A pesar del poco tiempo libre que tengo trato de aprovechar al máximo leyendo o releyendo cualquier libro que caiga a mis manos. He vuelto a recobrar mi afición por la lectura después de mucho tiempo y quiero aprovechar al máximo.
Siempre he sido lento para aprender, aquí narro con algunas dosis imaginativas mis pinitos en el mundo de las letras...


Publicado en, mi anterior blog, "Perdido en el Laberinto de tu Oreja" http://perdidoentuoreja.blogspot.com/. Creo que escribí esto en el 2005, marzo para ser preciso...

Los libros nos acompañan en todas las etapas de nuestra vida. Aprendemos a leer a los 4, 5 o 6 años. Algunos lo hacemos con gusto, otros a regañadientes. Algunos los convertimos en nuestros mejores amigos, otros en la peor pesadilla. Puede causar placer leerlos y para otros resultar una insoportable tortura. Yo aprendí a leer a los 5 años, era el más pequeño del salón y el más llorón de todos. Cada mañana era un martirio ir de la mano de mi madre al Manuel Bonilla de Miraflores... Ingresaba con cierto temor al interior de un vetusto local con un piso similar al tablero de ajedréz. El olor a creso era insoportable, me producían arcadas. Cogido de la mano de mi madre me rehusaba a ingresar al aula. Por más ruegos de la profesora y de la anciana auxiliar, no daba mi brazo a torcer. En un descuido mi madre escapaba y yo explotaba en llanto. Entre la maestra y la auxiliar me cogían de brazos y piernas (las patié más de una vez) y me llevaban a la oficina de la anciana. Aplacado mi ímpetu y agotado de tanto llorar, permanecía sentado en una silla, mientras la anciana auxiliar de cabello blanco y esponjoso, escribía y escribía. Dejándome llevar por la curiosidad, miraba alrededor. En el fondo, detrás del escritorio existía una anaquel con una cantidad importante de libros, todos gruesos y de pasta dura. El mueble, los libros, todo, lucían muy pulcros. La anciana no me miraba, sólo escribía. De rato en rato se detenía y me ofrecía un marshmelow de colores, yo no aceptaba... Al principio. Luego cedía irremediablemente.

Entre llantos y pataletas matutinas me convertí en un asiduo asistente a la oficina de la anciana auxiliar. Prácticamente todo el mes de abril la había acompañado. Calmado (con cierto temor) ingresaba a clases después del recreo. No participaba mucho en el aula, era sumamente arisco. Me desplazaba con total libertad por el colegio. No iba al recreo, me aturdía el ruido y los gritos de los otros niños. Me asomaba a la oficina de la auxiliar y la veía siempre escribiendo y con un libro al lado (tomando notas de él). Al verme curioso me llamaba, yo me acercaba lentamente. "¿Quieres ver lo que estoy haciendo". Yo asentía. La veía describir trazos largos. Con suma delicadeza cogía el bolígrafo dorado, a ratos se lo colocaba en la boca mientras veía un libro en el que no veía figura alguna. Me empinaba para observar. En un libro muy grueso, habían signos pequeños (para mí entonces) como cientos de hormigas en un desfile sincrónico formando líneas perfectas. Notaba mi curiosidad y a ratos me leía en voz alta. Yo escuchaba maravillado como de manera hilvanada y sin pausas iba decodificando con tanta simpleza aquellos signos tan pequeñitos que ahora me daba cuenta encerraban palabras. Al principio no entendía lo que decía, muchas de las palabras eran desconocidas para mí. Le pregunté tímidamente si yo también podía hacerlo. Aún recuerdo su sonrisa bondadosa, su voz afónica y su chal sobre el cuello, diciendo: "Tú tambien puedes hacerlo pequeñín". Sus palabras resonaron en mi cabeza como el eco.

En los días sucesivos, en el trayecto de vuelta, preguntaba a quien me acompañase, qué cosa decía en cada uno de los paneles publicitarios que se cruzaban en el camino. Al principio se mostraban displicentes, en otras ocasiones no esperaban a que yo preguntara, simplemente, me lo leían... Poco a poco le daba sentido a las palabras escritas. Ya había dejado la pataleta y el llanto de lado, ahora era yo quien quería ir al colegio. Obviamente iba muy retrasado con respecto al resto de pequeños alumnos. Sin embargo, tenía muchas ganas de aprender. Cuando la maestra salía nos dejaba cargo de alumnas de grados superiores. Ellas sin mucho tino, me forzaron a leer, me repetían una y otra vez que leyera. Me presionaron tanto que me hicieron sentir torpe más de una vez. Veía molestia en sus rostros, impaciencia... Pedí ir al baño y me dirigí a la oficina del auxiliar. Y Allí estaba, con los ojos cerrados y fumando un cigarrillo, que apagó al verme... "No debes andar por los pasillos. Hay reunión de profesoras en la Dirección...". Bajé la mirada y no dí un paso. Mi mirada era triste y mi estado de confusión. Estaba a punto de llorar. "Ven acá", me dije con su voz ronca. "Qué pasa". Yo no contestaba. "Qué pasa", insistió con una voz dulce, distinta. Muy pocas veces se dirigía así a un alumno (siempre se mostraba seria y en su mano llevaba una regla de madera). Después de muchas dudas y titubeos le dije: "Yo quiero leer, pero no puedo..." y rompí en llanto. Me cogió el rostro con ambas manos (Nunca había visto un rostro con tantas arrugas), miró a mis ojos con sus ojos negros y me aprisionó en su pecho, mientras me mecía. Cuando me sentí más tranquilo, ella aproximo una silla al escritorio, cercana a la suya, y me dijo que me sentara en ella. De su librero sacó un libro enorme (con muchas figuras y colores: Era un cuento). Me lo leyó de manera pausada y clara. Notaba un timbre distinto en su voz (de vez en cuando tosía), las palabras se mecían en su boca. Sonaban como un arrullo. Al día siguiente y los subsiguientes, a la hora del recreo, me dirigía a su oficina, en donde me esperaba y me enseñaba palabras nuevas y me explicaba sus significados. Las alumnas grandes que se encargaron muchas veces del año en ayudarnos en la lectura notaron que ya no era necesario hacerlo conmigo y me dejaban leer o simplemente jugar a mis anchas.

En una de esas sesiones de lectura. La linda anciana me platicó sobre los libros buenos y los libro malos. Me dijo más o menos ésto: "Mucha gente dice este libro es bueno léelo, este libro es malo no lo leas. Un libro no es bueno ni es malo. La maldad o la bondad está en nosotros. Está en nosotros aplicar lo aprendido de la mejor manera. Un libro malo encierra, también, muchas enseñanzas. De los ejemplos malos podemos sacar experiencia para no cometerlos, igual, ocurre con los libros. Muchas veces te vas a topar con textos que aparentemente no tengan ningún valor o mensaje. Está en la mente de cada quien decidir si te puede servir o no. Si te sirve para el bien tómalo y si no, pues, no lo tomes, si consideras que el mensaje o la idea que trata de inculcarte o transmitirte es mala. De los libros buenos te diré: Que muchas grandes personas, históricamente importantes: Hitler, Napoleón (citó otros también, pero, cuando mencionó a Hitler su voz se mostró severa), personas dotadas de una inteligencia extraordinaria utilizaron los libros para generar guerras, muerte y destrucción. No le estoy echando la culpa a los libros. En el caso de Hitler (se le iluminó el rostro y sus labios se torcieron en señal de disgusto), hasta utilizo un "libro bueno", la biblia, para provocar una de las matanzas más horribles... (se le humedecieron los ojos, se retiró los lentes y con la yema de dos dedos apretó sus ojos). Te contaré, pequeña criatura, que cuando yo tenía más o menos tu edad fui separada de mis padres. Ellos fueron llevados a un campo de concentración. Nosotros nos quedamos con algunos amigos de la familia, y padecimos de hambre y de mucho miedo. No teníamos otra cosa qué hacer que leer y rezar. No cabía en nuestra mente imaginar que un hombre que se decía religioso podía obrar con tanta maldad. Ves, a eso me refiero cuando digo, que no hay libros malos ni buenos. Cómo un "libro bueno", como la biblia, pudo entrar en el corazón de un hombre malo, quizás sólo lo utilizó de excusa para llevar a cabo sus terribles planes, creo que fue eso. Tú tienes que leer todo lo que llegue a tus manos y tienes que aprender a diferenciar, no guiarte por las pastas o colorines, sino por lo que puedas aprender... Y por lo que tú puedas a enseñar. Los libros, son un complemento a la vida, no lo son todo. Tienes que aplicar todo lo que entiendas y aprendas en la vida. Si no entiendes algo pregunta. La ignorancia sólo desaparece cuando preguntas. El camino está ahí sólo tienes que seguirlo con tus propios pasos y éste será más seguro cuando cuentes con las mejores armas (del conocimiento) para formar parte de la vida y trascender. No ser uno más. Vamos chico, ve a tu aula y sigue estudiando". Me ofreció un marshmellow de los que atesoraba en el cajón central de su escritorio, lo cogí y le dije: "Gracias" (por el marshmellow y por todo lo que estaba haciendo por mí).

Era ya mucho más independiente a la hora de ir a clases. Siempre entraba por la puerta delantera y veía a la anciana que me hacía un gesto de saludo con una mano, mientras que en la otra se encontraba su infaltable cigarrillo. Volví a su oficina varias veces, aunque cada vez menos. Después simplemente dejé de ir.Antes de cumplir los diez años, y habiendo iniciado mi último año de primaria, pasé por la oficina de la auxiliar y no la vi... Estaba otra persona. Una señora joven. Era raro ver a otra persona ahí. Me acerqué, los libros no estaban. La señora me preguntó que es lo que quería. "Y la señorita ......". -Pregunté. "Ahh, ella murió hace dos meses. Fumaba demasiado (con un gesto de desprecio). Anda a tu salón hijito. Aquí no tienes nada que hacer. Está prohibido que los alumnos estén por aquí...". Me retiré cabizbajo. Siempre he sido un llorón. Y lloré. Me dirigí al baño en donde enjugué mis lágrimas con mucha agua y luego me dirigí a la formación.

Javier Alonso

lunes, enero 07, 2008

"Cuando los santos vienen..."

Enero, mes de los cumpleaños... Hoy, 7 de enero, para empezar la lista, es el cumple de mi hermana Elisa. Como salí retemprano del trabajo me fui directo a su casa. La saludé, pareció sorprendida por la hora: "¿No fuiste a trabajar? ", me dijo. "Salí temprano", fue mi respuesta.

Las chicas estaban jugando de lo más entretenidas, imposible sacarlas de ese trance. Me recosté un rato mientras veía la tele con Kevin, el hijo mayor de Elisa. Me quedé profundamente dormido. Entre sueños, percibí la voz de mi madre y de Luzmila, mi hermana mayor llegando de visita. Hacía mucho calor y me levanté a refrescarme. Mi madre y Luzmila se encontraban en el patio peinando a Vale, Vero y Kari. Vale se mostraba impaciente con tanto acicalamiento. Vero bostezaba de aburrimiento y se moría de ganas de sacar el pastel de su caja de presentación pero la negativa de Elisa era rotunda: "Todavía no, más tarde" y Vero a punto de una pataleta (herencia familiar).

Una reunión sencilla, mi papá llamó al celular de Elisa para saludarla y cantarle el "sapo verde". Elisa sonreía con los desafinos del "viejo". Las chicas no se cansaban de jugar y más pues también habían llegado mis sobrinos Michelle y Jeaffete... "Dios los cría..."

Este viernes 11 es el cumple de Kari y de Allen. Kari es hija de Elisa y Allen de mi hermana Cristina. Doble celebración. El 17 es el cumple de la terrible Michelle, inteligentísima y traviesa. El 23, de mi adorada ahijada Verónica. No creo que el bolsillo aguante...

En Febrero y Marzo siguen los cumples en casa (la lista es grande como mi familia). En Abril el mío, 20 para ser preciso pero ese día no estoy para nadie, lo celebro sólo, my way... El 25 de abril de mi madre... Allí todo para hasta Agosto: El día 15 cumple de mi padre y de mi hermana Cris, otra doble celebración.
¡Feliz cumple a todos...!

domingo, enero 06, 2008

Amores, desdén... Amores del pasado...

Publicado en http://diariosurbanos.blogspot.com/ , marzo del 2005


Flor Marchita

Sólo era suficiente decir "lo siento". Una sencilla disculpa habría bastado. Sin embargo, antepusiste tu orgullo y te negaste a aceptar lo obvio. Decidiste convertirme en tu esclavo, sin preguntarme... Estaba tan enamorado, que de seguro habría aceptado. Pero, fallaron tus maneras, te traicionaron tus impulsos. Impusiste tus gustos e ideas, sin tomar en cuenta los míos. Cruzaste el umbral de lo permitido y quebraste nuestra relación. Te sumergiste en una carrera desbocada por hacer y no sentir ¿Puedes amar sin sentir?

Tus lágrimas son vanas, tus disculpas tardías e inútiles. Ya, no siento, lo que sentí por tí algún día. No te guardo rencor, pero, tampoco pretendas olvido...

Después de muchísimas lunas vuelves a mi vida a imponerme que regrese contigo. No cambias. Ya no te amo. Los recuerdos que quedan son sólo cenizas irreconstruibles de un amor que se perdió en el pasado, en un laberinto de escaleras sin sentido.

No llores más, no me abraces, olvidé el sabor de tus labios. No te humilles, no vale la pena. No existe ninguna otra persona y no es necesario para estar seguro de lo que siento. Tu nombre de flor en mi pecho se marchitó.

(¡Uuuuy, me duele asumir que yo escribí esto alguna vez...)


Javier Alonso

jueves, enero 03, 2008

"No les voy a dar el gusto..."

Hoy, creo que todo estuvo tranqui..., bueno, corrijo, casi todo... Ni contando hasta diez logré calmarme, le grité la vela verde al cabeza dura de Walt, pero lo peor de todo es que pareció no entender nada (¿hablo en chino o en difícil? No creo... ¿Indisposición calculada? Me inclino a pensar eso...) . Me "llegó" su medrosidad, su negativismo (a todo hay que buscarle un pero o inventarlo). Transmite dudas a la gente, la indispone. Definitivamente, trata de tener el control transmitiendo sus propios miedos. Voy a tener que hilar muy fino porque si lo que pretendió hoy fue que pisase el palito, lo logró. Lo largué, pero aún así se quedó para criticar el trabajo de los demás. ¿Habrá un día en que pueda "trabajar" con la boca cerrada. Sabe muchas cosas, cierto, pero peca de egoísta y autosuficiente, no tiene clase, definitivamente. Mañana recopilo datos y se lo retransmito a todos, no es posible que no todos manejen la misma información, como tampoco es posible que una sola persona, siendo un responsable de zona, no sepa transmitir el mensaje a los demás. Creo que es una forma de crear dependencia y yo no me "banco" eso. Sólo la información oportuna, la verdad, el conocimiento, y no sólamente el mero pragmatismo forma el criterio. Criterio no es azar, criterio implica tener bien sentadas las bases del conocimiento, una especie de brújula que te orienta hacia el lugar correcto.

Muchos ya pensaban irse a comer pero los retuve muy a pesar de los "negativistas" y creo que acabamos muy a tiempo, me satisface esa parte. Los chicos se fueron a comer, al poco rato les di alcance y como señal de agradecimiento por su colaboración, por ser tan buenas ondas a pesar de todo, les brindé un par de gaseosas. Lo invité también a Walt porque no me gusta guardar rencores a nadie, pero igual no me voy a frustar porque no cambie, creo que vamos a discutir una y mil veces más, no necesito tener una bola de cristal para saberlo, sólo es cálculo de probabilidades y antecedentes...

Roy me dio una pésima noticia esta mañana. Me estuvo esperando por la escalera para hacérmela saber. Son de esas noticias que recibes y que son dificiles de creer y de callar... Me dio mucha pena, no sé mentir, ocultar ni callar y me va costar mucho esfuerzo eso. Sólo espero que cuando quieran actuar así conmigo no les voy a dar el gusto, ¡al diablo...!

miércoles, enero 02, 2008

"First day..."

Tres días con los anteojos y aún no logro acostumbrarme a ello o ellos a mí... Es una relación tirante, tormentosa, insufrible, en la que no puedo estar con ellos ni sin ellos, qué complicado. Bueno tendré que adaptarme y hacerme a la idea de que seremos inseparables por tooooooooodo un año (suena a eternidad) hasta que Dios o el hombre nos separe... Para algunos compañeros el nuevo look, forzado por las circunstancias, que ahora traigo no les llamo la atención (bueno no sé, asegurarlo sería caer en subjetivaciones) pero otros, en realidad muy pocos, lanzaron unas bromillas, obvio que no les hice caso y murieron en el intento.

Las menos malas, aunque la verdad que la mayoría fueron pésimas y carentes de ingenio: "Pareces todo un científico...", fue lo que me dijo el tío Lobo y me dio un gran abrazo, es un gran tipo, parece que me ha agarrado cariño porque no se cansa de hacerme recomendaciones sobre mi trabajo. El Chatito Arenas que se me quedó mirando de pies a cabeza para concluir su escrutinio, con unos ojillos traviesos y una sonrisa dibujada en el centro de sus mejillas aunque con muy buena lecha, con un: "Y éste..." o Cardinali, el bueno de Cardinali, un tipo bonachón, es alguien a quien puedo considerar un buen amigo, una persona extremadamente sencilla y encantadora y que con una sonrisa de niño grande me dijo "Y de dónde salió Clark Kent...", obvio que fue de las menos ingeniosas pero la manera cómo lo dijo amerita citarla.

He prometido para este año volver a lo básico y entre las cosas que me he propuesto es leer la mayor cantidad posible de libros. Aprender, a nivel lectura, mínimo tres idiomas y estudiar lo que más me apasiona, literatura e historia, a mediados de año. Una forma de cumplir las promesas es hacerlas públicas como para que alguien te recuerde que tienes que cumplirlas si o si...

Primer día de vacaciones de Vladi en el trabajador y la verdad es que su ausencia no se siente. Lo más penoso que me ha tocado soportar este día ha sido la partida de dos chicos que nos acompañaban por varios meses. Uno de ellos con lágrimas en los ojos se despidió. La verdad es que la noticia sorprendió a muchos ya que el mismo Vladi le había prometido que se iba a a quedar por su extraordinario desempeño en todo éste tiempo. Fui casi el último en enterarme y no fui el encargado de dar la noticia sino que apelaron a personas poco sensibles a éstos trances. De todos modos me acerqué a Huayhua y le deseé la mejor de las suerte. Ahora a buscar a los verdugos. Lanchi, fue el encargado de buscar a los chicos que ya no seguía con nosotros, lo que me jode es que Lanchi no es de nuestra área y no creo que haya sido la persona adecuada para este encargo. Hablé con uno y otro y sólo señalaban como responsable a Vladi que no se adelantó a los hechos, me pareció extraño cuando su intención era mantener a algunos de éstos chicos. Justos por pecadores...

La chamba estuvo retranquila y tuve que tomar el control de algunas situaciones que antes sólo eran competencia de Vladi. El encargado temporal, un tipo con vasta experiencia por el momento no ha puesto objeción alguna a mi labor, es más hasta le llamé la atención que no me hubiera comunicado de algunas cosas... Je je je (y tan tranquilo que yo parecía) la verdad es que me desconocí pero creo que actué con razón ya que no soy un convidado de piedra. Por otro lado recibí dos llamadas de comunicación y eso es bueno, porque es señal que mi trabajo está siendo monitoreado y es la mejor forma de mejorar en el mismo. Toda crítica constructiva a mi trabajo la tomo con humildad. Gracias, mil gracias.

Mañana, otro día nos espera, obvio, y esperamos sacarlo adelante.