Bueno..., diré mejor malo, se acerca más a como me siento (feel)..., para mí, hoy, fue un día pésimo con P mayúscula y en grado superlativo. Aún no logro dominar la presión, me hace falta esa actitud tan "al-pinchista" y "cancheril" o "cacheril" de "Cachorro" y de Vladi. Quizás tomo muy a pecho las críticas y los comentarios de otros y por quedar bien con todos me transformo en un tonto de capirote que no ata ni desata y se pierde en la nebulosa de la mediocridad. Me preocupo más de lo cuenta de todo y por todo y tanto que pierdo la perspectivas de las cosas mostrándome desorientado, irresoluto, o "unplugged", como le hice mención a Lizzy después de un "coitus-mental-interruptus". Estaba totalmente bloqueado ante una voz desafiante y escudriñadora, en mi cabeza bailaban, sin ton ni son, mil y una ideas:
Ella: - ¿Y?
Yo : ¿y... qué? (quedito)
Ella: ¡¿CÓMO QUE QUÉ... LO QUE TE DIJE... EN QUÉ QUEDAMOS?
Yo : (grillitos en mi cabeza) ¿? Áhhh ¿? ¿?
Ella: QUEDAMOS EN QUE ME IBAS A LLAMAR...
Yo : Ahhh... Eso...
Ella: SÍ ESO... ¡PLOP..!
A cualquiera le pasa, pero a mi muy seguido... Me dolió (do´nt break my heart baby), sentí mi rostro arder hasta hacerse cenizas... Sentí tanta vergüenza por mi olvido que me sentí totalmente inepto, inservible. Me tomo varios minutos recuperar mi frágil calma y encajar con gracia, no me quedaba de otra, tamaño papelón.
El día estuvo bastante agitado, los problemas surgían por todos lados y llenaban de piedritas nuestro camino. La gota que rebalsó el vaso fue la llamada de William que prácticamente me gritó por no terminar con mi trabajo. Cada vez que le llamaba se mostraba ofuscado, cortante hasta casi llegar a la grosería (¿dónde aprendió modales este muchaho?, creo que las clases le duraron muy poco), me tiró el teléfono en más de una ocasión y yo traté de mostrarme interpérrito aunque por dentro me sentía re-mal. ¿Debí hacerle el "paré"? ¡Báh! Habría sido rebajarme a su nivel. No le guardo rencor, no soy una persona rencorosa pero tendré que hacer de tripas el corazón, atarme bien los cinturones y recordarle que el respeto se gana y no se impone y no, necesariamente, quien habla fuerte o despóticamente tiene la razón o todas las de ganar en una situación dada.
Lo que me llama la atención es la inconsecuencia... Por un lado dice: "Recibe a tal cliente..." y por otro lado "No lo recibas, despáchalo por un tubo..." sin un por favor o gracias de por medio... Creo que no voy a tomar más llamadas o en todo caso me alejaré del teléfono por una cuestión de higiene mental, no quiero podrirme en la hipocresía ni caer en el "al-pinchismo"
Me cagaron el día, aunque ahora respiro calma, sólo quiero dormir y que el mañana se imponga ante este hoy perfectamente, y deseablemente, olvidable... Después de todo: ¡mañana será otro día! (¡Frankly, my dear, I don't give a damn!)...
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