Ya me estoy acostumbrando a los días malos... Mañana arde Troya, espero que el fuego sea controlable, no creo que quepamos todos en la misma hoguera... Bueno, una raya más al tigre no hace gran diferencia. Aparentemente todo estaba controlado, a diferencia de otros días el panorama de hoy se mostraba despejado, apacible, pero en el último instante, como para llevarnos de zopetón a nuestra realidad, a nuestra triste realidad, aparecieron aquellos fantasmas que nos vienen persiguiendo por buen tiempo: los errores, como para restegrarte en la rostro con pertináz insanía que la infalibilidad no existe, que es sólo una quimera. Bueno, pero para hacer de abogado del diablo diré que el error no fue nuestro pero igual nos afectó, o sea que hasta de casualidad nos perjudican. "El Cachorro", sonreía burlonamente. Yo preferí irme a comer porque sabía que eso pintaba para rato. Se arregló pero mal, es como tapar un chupo a punto de estallar con baba... La risa de "El Cachorro" desapareció un instante cuando "La pequeña maravilla" le tiró el fono y echando chispas se dirigió hasta su silla mientras mascullaba adjetivos "descalificativos" irrepetibles. Yo seguía sentado en mi lugar tratando de ponerme al día con lo que me quedó pendiente de la semana que pasó. Dieron las siete y pronto las ocho y un nuevo "escándalo" estalló como para ponerle colofón a la noche. Bueno, esa es otra historia que recién empieza, parece un culebrón... Veamos que pasará. Sino entendieron nada de lo que les dije, mejor...
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