La primera vez que escuché a Soda Stereo, tenía 16 años y estudiaba Computación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de la Av. Venezuela. Mi día empezaba a las 6. 30 a.m. cuando abordaba el Enatru, un medio de transporte con gran historia dentro de mi vida. Creo que en toda mi etapa escolar usé este largo vehículo, que parecían dos pero unidos en el centro por una especie de acordeón y lugar en donde mis amigos del colegio y yo solíamos acomodarnos, como medio de transporte, cuando no habían pandillas escolares, de eso hace un siglo... A diario hacía un, prácticamente, interprovincial recorrido desde San Juan de Miraflores hasta al centro de Lima y de allí empalmaba hacia la Venezuela, pasando por el puente Tingo María de Breña y a solo unas pocas cuadras, y que podía divisar por la ventanilla del bus, emergía el coliseo Amauta: Enorme, gris, de aspecto descuidado y que el voleybol y, recientemente, una radio de moda la habían convertido en un centro obligado de concentración masas juveniles a pesar que vivíamos días negros por la barbarie terrorista.
Mis días transcurrían entre las clases y los largos viaje de ida y vuelta a casa, recuerdo al profesor Galván y sus clases Fortran en enomes y prehistóricas mainframes con pantallas, pequeñísimas, en donde sólo cabía una línea de código y que para ver los resultados de nuestros largos y tediodos programas para desarrollar aplicaciones numéricas y simples teníamos que bancarnos los fuertes traqueteos de una enorme impresora, en el cuarto de junto, que sacudía todo el ambiente... Días aquellos de los monitores monócromos y de las PC´s con 128 a 512 Kb de memoria... Días aquellos de Gaby, la chica de los ojos rasgados y de mejillas llenitas que me hacían delirar de emoción cada vez que nos cruzábamos por los pasillos de la Facultad y que con tono simpático, salpicado con gotitas de ironía me decía : "!No te pierdas!", haciendo alusión a mis constante faltas... En la fiesta de cachimbos pusieron música de Dire Straits, un maravilloso "Camino de Vida, y por supuesto de Soda Stereo que estaba de moda con canciones sencillas y pegajosas como "¿Por qué no puedo ser del Jet Set?" o "Mi novia tiene bicéps". Etapa primigenia de Soda antes de entrar a su etapa más sofísticada con canciones etéreas y de letras subliminales con mensajes encriptados y que sólo el subjetivismo individual podía descifrar... Cada quien oía lo que quería oir en versos sueltos o frases aparentemente sin concatenación lógica. Obvio que la que más bailó aquella noche fue Gaby, una aureola de magnetismo y simpatía la rodeaba. Yo me fui antes de las diez pues sino no conseguía carro para volver a casa.
Eran días difíciles, ya Sendero Luminoso había dejado el campo y hacía notar con mayor frecuencia su presencia en la ciudad capital. Nuestras madres estaban aterradas con las noticias diarias de muertes y asesinatos absurdos. Estando en clases de álgebra ésta se vio interrumpido por lemas, gritos y hurras a este enemigo casi invisible. Los amplios ventanales del salón de clases nos permitieron ver a chicos tan iguales a nosotros pero que en sus expresiones faciales y actitudes denotaban dureza, frialdad y que generaba resquemores y hasta miedo entre mis compañeros. Las chicas del salón de clases se mostraba nerviosas y más aún cuando se escuchaban sirenas de la policía. Los chicos de aquel hostil grupo gritaban sus lemas desde las playas de estacionamiento de las facultades de Química y Matemática, y la policía en la avenidad se mostraba de manos cruzadas pues las aulas universitarias en aquel entonces eran sitios inexpugnables dentro de la legalidad. De pronto el estruendo de un artefacto explosivo sembró el caos. Todos nos agolpamos en la puerta de salida del salón de clase. Y nos alejamos de la turbamulta, ya los gases lacrimógenos de las fuerzas policiales hacían su efecto en nosotros... La garganta me raspaba y mis ojos no paraba de lagrimear, tosía por el aire enrarecido mientras avanzaba con mis compañeros y chicos de varias facultades con dirección a la Av. Universitaria para abandonar la Universidad. En aquel tiempo las obras en el Estadio habían concluido en su primera etapa. Nos sentamos un instante en las graderías para luego salir por la Universitaria y abordar un vehículo para llegar lo más pronto posible a casa aunque con la duda latente que días así, o peores, podían producirse. Poco tiempo después las fuerzas armadas y policiales tomaron el control de la Universidad. El frontis con los dibujos de los "ojos y oídos", que sembraba miedo y no respeto, del terrorismo pasaría hacer sólo eso, un dibujo... Un dibujo que el tiempo borraría...
Mi mejor amigo era Luis Enrique, él era fanático de la música de Hombres G y Soda Stéreo. Le prestaba mis cassetes de Hombres G por varios días. Él me platicó sobre ir al concierto de Soda en el Amauta. Los precios eran populares pero hay cosas que no me gustan, ¿seré agorafóbico?, como las grandes multitudes y ser uno más siguiendo las actitudes del resto... Al final, a pesar de las insistencias de Kike no fui. Él me contó que aunque el sonido no fue bueno el concierto estuvo bueno porque Soda es Soda. Luego llegaron Los Prisioneros con letras cargadas de crítica social y que causaron gran revuelo en Lima, de una onda light, etérea, subliminal de Soda y una nice, inocentona como la de Hombres G pasamos a una más directa, salvaje, como la de Los Prisioneros, grupo chileno que a pesar de provenir de un país dictatorial decía las cosa a cara pelada.
Pero Soda es Soda, y a pesar de los años su sonido sigue tan vigente...
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