Ayer me resigné a no poder ir a ver a mi princesita en su clausura del año escolar. Apenado sí, no siempre me toca las de ganar, sin embargo la situación cambió radicalmente el día de hoy... Llegué a trabajar como de costumbre (el hombre es un animal de costumbres..., algunos más animales que otros, je je je), empezar a hacer mis cosas , el Cachorro que se acerca y, me dice que por qué vine a trabajar si toda mi atención estaba puesta en Valeria. Le dije que no iba a abandonarlo en un día tan cargado de trabajo y él replica que varios proveedores había cancelado y que con ello la situación no dejaba de ser laboriosa pero era manejable... "Ve con tu sobrina, relájate, tómate fotos, yo me encargo, no te preocupes, habla con Vladi y todo listo...", me dijo. Ni corto ni perezoso fui donde Vladi y le platico de mis intenciones, un poco que le pensó pero mis argumentos eran válidos, y que por favor me permitiese escabullirme, si cabe la palabra, para pasar el día con mi adorada. Hace días que dijo que nadie era indispensable y una golondrina no hace un invierno...
Además, hoy es el último día en que se queda en casa, pues al terminar el año escolar tiene que regresar con sus padres, ese fue el trato y no poder despedirme también me habría afectado...
La actuación estuvo linda, mi pequeña más linda aún vestida con un traje brillante para bailar una saya puneña. Bailó muy bien, magníficamente bien, tiene una predisposición innata para el baile y es la niña más hermosa del Mundo. Tiene una gracía única que la hace destacar sobre el resto, haciendo emocionar como a un bobo a su tío... Sentada junto con sus compañeras, después de su actuación, no paraba de llamarme... "Javier ven, Javier ven" y yo que le hacía la señal de que no me iba. Se acercó corriendo y me dijo que le comprara unas papitas y le concedí sus deseos... Adoro a esa niña y no verla tan seguido me a va partir el corazón...
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